
Un reciente estudio realizado por investigadores de varias universidades estadounidenses y británicas ha revelado que la actividad cerebral al tomar decisiones de compra de alimentos puede ser un indicador preciso de la afiliación política de una persona, alcanzando una tasa de acierto del 80%. Este hallazgo se enmarca dentro de un creciente interés por comprender la intersección entre la neurociencia, la economía y la psicología política.
El estudio, publicado en la revista Politics and the Life Sciences, se centró en la compra de productos comunes como huevos y leche, analizando la actividad cerebral de los participantes mediante técnicas de imagen por resonancia magnética funcional (fMRI). A pesar de que las decisiones de compra entre demócratas y republicanos no mostraron diferencias significativas, sí se observaron variaciones en la activación de áreas cerebrales específicas según la afiliación política.
Decisiones de compra y actividad cerebral
John Crespi, profesor de economía en la Universidad Estatal de Iowa y uno de los autores del estudio, señala que aunque no se puede determinar el partido político de una persona simplemente observando su elección de productos, la forma en que su cerebro reacciona durante la decisión revela patrones que permiten inferir su afiliación política. «La actividad cerebral predice el partido, no la compra», destaca Crespi.
El coautor Darren Schreiber añade que, según investigaciones previas, alrededor del 50% de la ideología política de una persona es biológicamente heredable. «Es asombroso que simplemente a partir de la señal cerebral mientras eliges huevos y leche, podamos clasificar tu partido político con un 80% de precisión», afirma Schreiber.
El análisis cerebral se centró en regiones como la corteza prefrontal ventromedial, que está asociada con la toma de decisiones económicas. A pesar de que los autoinformes de los participantes indicaban que demócratas y republicanos a menudo tomaban decisiones de compra similares, la investigación mostró que la actividad cerebral podía distinguir entre los grupos con alta precisión.
Los investigadores optaron por utilizar productos cotidianos debido a su neutralidad de marca, evitando que la publicidad pudiera influir en las decisiones de compra. Además, la elección de huevos y leche permite explorar cómo las prácticas de producción, como la cría en libertad, pueden influir en la valoración de los productos.
Crespi enfatiza que los resultados de este estudio podrían ser aplicables a otras decisiones de compra, sugiriendo que las áreas del cerebro activadas al elegir un cartón de huevos podrían reaccionar de manera similar en otras decisiones de consumo. Este hallazgo se suma a un número limitado de estudios que examinan la relación entre la actividad cerebral y las decisiones políticas, resaltando la complejidad del cerebro humano y su influencia en nuestras elecciones cotidianas.
Los investigadores concluyen que, aunque el estudio fue realizado hace una década, el análisis detallado de los datos ha permitido obtener conclusiones valiosas en un campo todavía en desarrollo. «Estamos apenas comenzando a explorar un océano de conocimiento sobre cómo el cerebro puede influir en nuestras decisiones políticas y económicas», concluye Crespi.