
El presidente chino, Xi Jinping, ha instado a Beijing y Nueva Delhi a fortalecer su cooperación tras un periodo de relaciones tensas. En un discurso reciente, Xi comparó la relación entre ambos países con un “baile de dragón y elefante”, en el marco de la celebración del 75 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China e India. Los presidentes de ambas naciones intercambiaron mensajes de felicitación, marcando un hito en su historia bilateral.
Xi subrayó que China e India son civilizaciones antiguas, grandes países en desarrollo y miembros clave del Sur Global, actualmente en una etapa crucial de sus esfuerzos de modernización. En un comunicado oficial emitido por Beijing, el líder chino afirmó: “El desarrollo de las relaciones entre China e India demuestra que es la elección correcta para ambos países ser socios en logros mutuos y realizar el ‘Tango Dragón-Elefante’, lo que sirve plenamente a los intereses fundamentales de ambos países y sus pueblos”.
Además, Xi expresó su compromiso de mantener conjuntamente la paz y la estabilidad en las regiones fronterizas mutuas. En este contexto, la presidenta india, Droupadi Murmu, sugirió que una relación bilateral “estable, predecible y amistosa” entre las dos naciones, que albergan “un tercio de la población mundial”, beneficiaría tanto a los países involucrados como al mundo en general.
El embajador chino en India, Xu Feihong, también destacó que las relaciones entre ambos países se encuentran “en una etapa crucial” y que Beijing está “dispuesto a trabajar con la parte india para fortalecer la cooperación práctica en comercio y otras áreas, e importar más productos indios que se adapten bien al mercado chino”. Xu invitó a más empresas indias a cruzar el Himalaya en busca de oportunidades de cooperación en China, compartiendo así los beneficios del desarrollo chino.
Contexto de las relaciones bilaterales
Estas declaraciones se producen en un momento en que ambos países intentan restablecer sus lazos tras el enfrentamiento en el Valle de Galwan en 2020, donde se produjeron bajas en ambos lados. Después de prolongadas discusiones militares y diplomáticas, Nueva Delhi y Beijing anunciaron en octubre del año pasado que habían llegado a un acuerdo sobre la desescalada en las áreas de tensión y que trabajarían para normalizar sus relaciones.
El anuncio se realizó justo antes de la cumbre de BRICS en Kazán, Rusia, donde Xi y el primer ministro indio, Narendra Modi, mantuvieron una reunión bilateral integral, la primera de este tipo en casi cinco años. En un reciente pódcast, Modi enfatizó la importancia del diálogo sobre la discordia, reconociendo que las diferencias entre países vecinos son inevitables, pero no deben escalar en disputas.
Las últimas declaraciones también se producen en un contexto en el que tanto India como China evalúan el impacto potencial de los aranceles recíprocos que el expresidente estadounidense Donald Trump prometió implementar a partir del 2 de abril. Nueva Delhi está considerando permitir un mayor flujo de productos desde China como contramedida ante los próximos aranceles, según informó el Indian Express el mes pasado. Mientras tanto, China ha respondido a las amenazas de Trump, sugiriendo que “si la guerra es lo que EE. UU. quiere, ya sea una guerra arancelaria, comercial o de cualquier otro tipo, estamos listos para luchar hasta el final”. La respuesta de India a la presión arancelaria de Trump ha sido cautelosa, y ambos países llevaron a cabo la primera ronda de negociaciones para un acuerdo comercial la semana pasada, con el objetivo de finalizar la primera fase del acuerdo para el otoño de 2025.