
La ansiedad matemática es una forma de tensión y miedo que se experimenta al enfrentarse a números o realizar cálculos. Según un informe de la OCDE, aproximadamente el 40% de los estudiantes sienten nerviosismo, impotencia o ansiedad en situaciones cotidianas que involucran matemáticas, como resolver problemas o realizar tareas escolares relacionadas con esta materia.
Este tipo de ansiedad se manifiesta desde los primeros años de educación primaria y puede interferir tanto en el rendimiento como en el aprendizaje matemático. Sin embargo, los orígenes de la ansiedad matemática son menos claros. Investigaciones recientes, llevadas a cabo en colaboración entre universidades de Italia y el Reino Unido, han puesto de relieve un aspecto interesante: el posible impacto de las ansiedades de los padres sobre la ansiedad matemática de sus hijos.
El papel de los padres en la ansiedad matemática
El estudio, que siguió a 126 niños italianos desde los tres hasta los ocho años, evaluó sus habilidades matemáticas y niveles de ansiedad en múltiples ocasiones. También se midió la ansiedad matemática de los padres al inicio del estudio. Los resultados fueron sorprendentes: tener un padre con altos niveles de ansiedad matemática no incrementó la probabilidad de que sus hijos también experimentaran ansiedad en esta área. Este hallazgo contrasta con investigaciones previas que sugieren que crecer con un padre ansioso se asocia a una mayor probabilidad de desarrollar ansiedad en general.
Sin embargo, se observó que los hijos de padres con ansiedad matemática tendían a tener un rendimiento inferior en esta materia. Durante los años de educación preescolar, las habilidades numéricas de los niños eran más bajas si sus padres presentaban una mayor ansiedad hacia las matemáticas. Este efecto persistió, ya que los niños que mostraban habilidades matemáticas reducidas en sus primeros años también presentaban un menor rendimiento a los ocho años.
Estos hallazgos añaden un matiz importante al debate sobre la implicación de los padres en el desarrollo matemático de sus hijos. A diferencia de lo que se ha comprobado en el ámbito de la alfabetización, donde la participación de los padres en actividades compartidas de lectura y escritura resulta beneficiosa, el impacto de la participación parental en matemáticas es más variable y menos evidente. Aunque se ha demostrado que actividades como contar o jugar a juegos de mesa pueden fomentar el progreso en habilidades numéricas, el efecto es modesto y los resultados de estudios individuales pueden ser contradictorios.
Además, la ayuda de los padres en las tareas de matemáticas puede estar asociada a un peor desempeño de sus hijos. Investigaciones previas en Estados Unidos corroboraron que cuando los padres eran ansiosos respecto a las matemáticas, sus hijos aprendían menos y experimentaban un aumento en su propia ansiedad matemática al final del año escolar, especialmente si los padres les ayudaban con los deberes.
El estudio en cuestión sugiere que la influencia de los padres puede ser negativa en el desarrollo matemático de sus hijos, incluso antes de que estos asistan a la escuela. Es fundamental considerar que la influencia parental es solo uno de los múltiples factores que afectan el desarrollo matemático temprano de los niños. A menudo, dentro de la misma familia, se pueden observar grandes diferencias en las habilidades y la confianza matemática entre hermanos. Asimismo, problemas con las matemáticas pueden surgir debido a otros factores, como la discalculia, una discapacidad de aprendizaje matemática.
Para los padres que se sienten abrumados por su propia ansiedad matemática, es importante recordar que nunca es tarde para aumentar la confianza en esta área y aprender habilidades numéricas funcionales. Existen clases de numeración para adultos y recursos en línea gratuitos que pueden ayudar a mejorar la confianza. Adoptar una mentalidad de crecimiento, donde se reconozca que cometer errores en matemáticas es parte del proceso de aprendizaje, también es un paso positivo. Hablar de manera más positiva sobre las matemáticas y mostrar interés y entusiasmo puede marcar una diferencia significativa en la relación de los niños con esta materia.