
Saint Teresa de Ávila sigue siendo una figura fascinante tanto para los fieles católicos como para personas de diversos ámbitos. Su influencia ha perdurado a lo largo de los siglos, siendo reverenciada en toda España. Su imagen ha sido inmortalizada en obras maestras como «El Éxtasis» del escultor italiano Bernini y en un retrato de Rubens, así como en una célebre talla de El Greco.
La Orden de las Carmelitas Descalzas, fundada por la propia Teresa en el siglo XVI, ha presentado un busto de terracota que representa su rostro cuando tenía aproximadamente 50 años, en lo que se considera su «plena madurez», aunque aún no había fallecido a los 67 años en 1582. El padre Miguel Ángel González, prior de la orden en Alba de Tormes (Salamanca), donde se encuentra la tumba de la santa, afirma que esta representación podría ser la más precisa jamás realizada. Según la reconstrucción, Teresa poseía «grandes ojos negros y redondos, con cejas amplias y arqueadas», además de un rostro «muy atractivo» que «sobre todo, transmite dulzura y paz».
El estudio que hizo posible esta reconstrucción se llevó a cabo en el Victorian Institute of Forensic Medicine de Australia. La escultora australiana Jennifer Mann fue la encargada de crear el busto, combinando de manera armónica todas las fuentes de datos disponibles: medidas antropométricas, imágenes de rayos X y un retrato pictórico de la santa, así como descripciones históricas, en particular de la madre María de San José. Esta última, contemporánea de Teresa, dejó un testimonio valioso: «Era una santa de estatura media. En su juventud se decía que era muy bella y aun en sus años posteriores lo parecía. Su rostro no era ordinario, sino extraordinario, y afortunadamente no se puede decir que fuera redondo ni aquilino».
En una novedosa exhibición, el cuerpo de la santa estará expuesto en la basílica de la Orden en Alba de Tormes del 11 al 25 de mayo, un evento que solo ha tenido lugar en 1582, 1760 y 1914. Los científicos han observado un «asombroso estado de conservación» de sus restos, determinando que medía 156,8 cm y que padecía diversas afecciones óseas. Uno de los aspectos más llamativos fue la «severa cifosis cervical y dorsal, que hacía que su cuello y tronco se inclinaran hacia adelante». Según un informe liderado por el antropólogo médico italiano Luigi Capasso, esta conformación le daba una apariencia encorvada y la obligaba a adoptar una posición incómoda, con la cabeza inclinada hacia abajo incluso al estar acostada.
Los exploraciones psicológicas de Teresa, quien escribió sobre sus mortificaciones y éxtasis espirituales, han sido comparadas por el hispanista británico Gerald Brenan con las de Montaigne. Somerset Maugham calificó «La vida de Teresa de Jesús» como «una de las grandes autobiografías del mundo», considerándola una figura clave del Siglo de Oro español. Su escritura ha sido alabada por Graham Greene y sus obras aún se enseñan en las aulas de literatura en España. La película de 2023 «Teresa», dirigida por Paula Ortiz, retrata a la santa como un ícono contemporáneo y una feminista subversiva en conflicto con la Inquisición.