
A medida que las temperaturas globales continúan aumentando, el océano Austral, ubicado entre la Antártida y otros continentes, liberará eventualmente el calor que ha absorbido de la atmósfera. Este fenómeno conducirá a un incremento proyectado de las precipitaciones en el este de Asia y en la costa oeste de Estados Unidos, independientemente de los esfuerzos por mitigar el cambio climático. Estos efectos remotos han sido analizados en un estudio dirigido por la Universidad de Cornell, publicado en la revista Nature Geoscience.
Si bien otros modelos informáticos han anticipado aumentos similares en las precipitaciones debido al calentamiento del océano Austral, existen importantes incertidumbres y una amplia gama de predicciones entre los diferentes modelos. El nuevo estudio busca reducir estas incertidumbres, lo que podría mejorar las predicciones sobre las temperaturas medias globales y las precipitaciones regionales.
Impacto de las nubes de baja altitud
Según Hanjun Kim, coautor del estudio y asociado postdoctoral, identificar las causas de estas incertidumbres es fundamental. Kim explica que los retroalimentaciones de nubes de baja altitud sobre el hemisferio sur pueden ser una de las causas de estas variaciones en las precipitaciones regionales del hemisferio norte. «Si logramos reducir la incertidumbre relacionada con las nubes del hemisferio sur, también podremos mejorar la predicción de las temperaturas globales», afirma.
Este estudio es el primero en mostrar el camino exacto por el cual los cambios inminentes en el océano Austral afectarán los patrones climáticos en todo el mundo, con un enfoque especial en Asia y América del Norte. A medida que la atmósfera se calienta, los océanos han estado absorbiendo calor, que eventualmente se libera de nuevo a la atmósfera. El océano Austral tiene una mayor capacidad para absorber calor en comparación con otros cuerpos de agua, gracias a un fuerte afloramiento de aguas frías profundas. Sin embargo, este calor finalmente se liberará, creando teleconexiones que, según se prevé, aumentarán las precipitaciones en el este de Asia durante los veranos y en la costa oeste de Estados Unidos durante los inviernos. Estas teleconexiones son comparables a cómo El Niño influye en los patrones climáticos.
El modelo predice que, debido a la lenta liberación de calor del océano, los nuevos patrones de precipitación podrían persistir durante hasta 150 años, sin importar los esfuerzos por reducir los gases de efecto invernadero. Como señala Lehner, otro de los coautores, «podemos observar ocasionalmente estos procesos hoy en día, lo que nos permite estudiarlos, pero esperamos que en el futuro estos procesos pasen de ser meras ocurrencias ocasionales a un estado más permanente del sistema.»
Kim también resalta que las nubes de baja altitud sobre el océano Austral actúan como un regulador clave que afecta las temperaturas de la superficie del mar. Incorporar estas retroalimentaciones de nubes en los modelos climáticos ayuda a explicar las incertidumbres y variaciones entre diferentes modelos, según el estudio. Dado que existen pocas instalaciones de observación en la Antártida que proporcionen datos sobre estas retroalimentaciones, aumentar dichas instalaciones podría, a su vez, mejorar las predicciones climáticas.
Más información: Hanjun Kim et al, Mayor precipitación en el este de Asia y la costa oeste de Estados Unidos esperada con el calentamiento futuro del océano Austral, Nature Geoscience (2025). DOI: 10.1038/s41561-025-01669-5. www.nature.com/articles/s41561-025-01669-5