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Cómo la política moldeó el auge de las grandes cadenas minoristas en EE.UU.

In Sin categoría
abril 08, 2025

A finales del siglo XIX, el sector retail en Estados Unidos estaba compuesto principalmente por pequeños comerciantes locales. Sin embargo, con la llegada del famoso catálogo de Sears y Roebuck, comenzó a gestarse un cambio que transformaría radicalmente el panorama comercial. Para la década de 1930, el país ya contaba con 130,000 tiendas en cadena, siendo los supermercados Atlantic y Pacific (A&P) los más destacados, con más de 15,000 establecimientos.

Hoy en día, este sector está dominado por gigantes del retail. El 90% de los estadounidenses vive a menos de 16 kilómetros de un Walmart, y cinco de los diez empleadores más grandes del país, como Walmart, Amazon y Home Depot, son también minoristas. Además, empresas como UPS y FedEx desempeñan un papel crucial en la economía del retail.

La omnipresencia de estos grandes minoristas y la magnitud del comercio estadounidense son aspectos singulares en comparación con Europa, donde el consumo interno no tiene el mismo peso en el crecimiento económico y el uso del crédito es menor. Estados Unidos dispone de cinco veces más espacio comercial per cápita que Japón y el Reino Unido, y diez veces más que Alemania. A diferencia de Europa, en Estados Unidos, los horarios comerciales están en gran medida desregulados.

Un modelo retail con raíces históricas

El auge de los minoristas de gran tamaño no es solo cuestión de habilidad empresarial. Un nuevo libro de la politóloga del MIT, Kathleen Thelen, titulado «Attention, Shoppers! American Retail Capitalism and the Origins of the Amazon Economy», examina cómo una serie de decisiones políticas y debates legales han moldeado el tamaño del retail en Estados Unidos y la prominencia de sus cadenas de descuento.

Thelen señala que los mercados que consideramos como resultados naturales de la oferta y la demanda están profundamente influenciados por políticas y decisiones políticas. En su libro, compara el modelo estadounidense con el de Europa, donde el enfoque ha sido diferente desde el inicio del retail en cadena.

Durante la expansión de Sears y Montgomery Ward, los productores y consumidores estaban explorando alternativas comerciales, como las cooperativas, pero estas se enfrentaron a obstáculos económicos y legales. Las leyes antimonopolio en Estados Unidos favorecían a las grandes corporaciones y eran punitivas hacia las cooperativas, lo que benefició a los grandes minoristas. La importancia del Servicio Postal de Estados Unidos también fue crucial, ya que las casas de venta por correo como Sears dependían de sus servicios de entrega y sistemas de giros postales, facilitando las compras a aquellos clientes sin cuentas bancarias.

A lo largo de la Gran Depresión, los minoristas más pequeños lucharon contra las grandes cadenas, especialmente en el sur y el oeste. Sin embargo, los descuentos de bajo costo encontraron formas de sortear regulaciones más estrictas en algunos estados, y en ocasiones, incluso desafiaron la ley. En las últimas cinco décadas, las grandes cadenas han prosperado nuevamente, a medida que la legislación antimonopolio ha priorizado la reducción de precios como su principal objetivo.

Thelen destaca que la valoración del bienestar del consumidor, definida en términos de precio, ha permitido que los grandes minoristas de bajo costo sean considerados como beneficiosos. Esto ha llevado a una reducción de salarios, ya que una forma de mantener los precios bajos es disminuir los costes laborales. Así, es habitual que los minoristas de bajo costo también sean los que ofrecen salarios más bajos.

El libro de Thelen revela que en Estados Unidos, un 22.6% de los trabajadores son considerados de bajos ingresos, en comparación con el 13.9% en otros países de la OCDE. La relación entre minoristas y fabricantes ha estado marcada por una tensión histórica, donde el poder se ha desplazado hacia los minoristas, quienes, apoyados por los consumidores, han dictado las condiciones a sus proveedores.

En este contexto, Thelen describe la situación actual como una «profunda ecuación de equilibrio», donde muchos trabajadores de bajos ingresos dependen de estos minoristas para sobrevivir, mientras que los estadounidenses han normalizado la rapidez en la entrega de sus compras. Cambios en la aplicación de leyes antimonopolio o reformas laborales significativas podrían alterar esta dinámica, pero, de no ser así, es probable que esta situación se mantenga.

Thelen espera que su libro permita a los lectores reflexionar sobre un paisaje económico que a menudo damos por sentado, incluso mientras compramos en grandes cadenas. El triunfo de este tipo de minoristas no fue un destino inevitable, sino el resultado de decisiones políticas.

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