
Elon Musk, el magnate tecnológico y actual «zar» de la eficiencia gubernamental en Estados Unidos, ha instado directamente al presidente Donald Trump a reconsiderar la reciente imposición de aranceles a los socios comerciales estadounidenses. Según informa el Washington Post, esta solicitud se produce en un contexto donde varios líderes empresariales y tecnológicos que apoyaron la candidatura de Trump han expresado su descontento con la medida, considerándola excesivamente agresiva.
La semana pasada, Trump anunció una serie de nuevos aranceles globales, incluyendo un 34% sobre los productos chinos. Esta decisión provocó una respuesta inmediata de Pekín, que prometió imponer un arancel equivalente del 34% sobre las exportaciones estadounidenses. Ante esta escalada, Trump amenazó con un nuevo arancel adicional del 50%.
Como CEO de Tesla y SpaceX, Musk ha manifestado en numerosas ocasiones que los aranceles son perjudiciales para los objetivos de su empresa, dado que tanto Estados Unidos como China son bases de fabricación clave y mercados importantes para sus productos. Durante el fin de semana, Musk utilizó sus redes sociales para criticar abiertamente a Peter Navarro, asesor comercial de la Casa Blanca y uno de los principales arquitectos de la estrategia arancelaria del presidente. En uno de sus mensajes, Musk afirmó: “Un doctorado en economía de Harvard es algo malo, no bueno”.
Reacciones en el ámbito empresarial
A pesar de los intentos de Musk por influir en la política comercial de la administración Trump, hasta el momento sus esfuerzos no han dado resultados. Personas cercanas al empresario han hecho también apelaciones directas a aliados dentro del gobierno, incluyendo al vicepresidente J.D. Vance, abogando por políticas más racionales y favorables al libre comercio.
Joe Lonsdale, un inversor asociado a Musk, publicó en X que había instado a “amigos en la administración” a reconsiderar los aranceles, advirtiendo que estas medidas perjudicarían más a las empresas estadounidenses que a las chinas. Además, un grupo de líderes empresariales ha comenzado a organizar una coalición informal para presionar a miembros de la administración Trump en favor de políticas comerciales más moderadas.
Por su parte, Trump ha defendido su enfoque, afirmando que “a veces hay que tomar medicina para arreglar algo” y prometiendo que los empleos y las inversiones regresarán a Estados Unidos, haciendo que el país sea “más rico que nunca”.