
El reciente anuncio de tarifas por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado una creciente preocupación entre los funcionarios del país, quienes temen que estas medidas puedan perjudicar a los exportadores estadounidenses. Según un informe de Bloomberg, se están explorando formas de mitigar los efectos negativos de estas tarifas, aunque las discusiones se llevan a cabo sin el conocimiento del propio Trump, lo que refleja una inquietud interna sobre su política comercial.
La semana pasada, Trump impuso un arancel mínimo del 10% sobre todas las importaciones y estableció tarifas «recíprocas» que oscilan entre el 11% y el 50% para varios países a los que acusa de mantener desequilibrios comerciales injustos. Entre las nuevas medidas se incluye un arancel adicional del 34% sobre las importaciones de China, además de un 20% ya existente, y un 20% sobre los productos provenientes de la Unión Europea, entre otros.
El lunes, Trump amenazó con imponer un arancel adicional del 50% sobre todas las importaciones chinas a menos que Pekín revoque el aumento del 34% que anunció en respuesta a las nuevas tarifas estadounidenses. Varios países han criticado las tarifas de Trump en los últimos días y han prometido implementar contramedidas.
Posibles medidas de compensación
Funcionarios de la administración Trump temen que los aranceles de represalia puedan dañar las exportaciones estadounidenses, afectando a las empresas que intentan vender sus productos en el extranjero. Según fuentes consultadas, se están discutiendo créditos fiscales para exportadores, que servirían como subsidios para las empresas estadounidenses que venden productos y servicios en el exterior. Este crédito, que necesitaría la aprobación del Congreso, podría ser emitido a finales de año.
Además, se está considerando un crédito para importadores con el fin de proteger a las empresas estadounidenses de los costos crecientes al adquirir bienes de países afectados por las tarifas de Trump. Estas medidas buscan suavizar el impacto económico tanto para exportadores como para importadores una vez que las tarifas entren en vigor.
Un portavoz del Departamento del Tesoro confirmó las discusiones, pero subrayó que cualquier conversación sobre «provisiones específicas» aún está en una fase temprana. El portavoz añadió que cualquier propuesta fiscal o iniciativa que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, pueda perseguir estaría alineada con «su pleno apoyo a la Agenda Económica América Primero» del presidente Trump. La Casa Blanca se ha negado a comentar sobre el informe.
Las tarifas de Trump y la amenaza de represalias han suscitado temores sobre una posible guerra comercial global. Varias entidades bancarias de inversión han elevado sus pronósticos de riesgo de recesión tanto para Estados Unidos como para la economía global en la última semana. Los mercados bursátiles han reaccionado negativamente, con importantes índices en Estados Unidos, Europa y Asia registrando caídas en los últimos días.
A pesar de las críticas, Trump ha defendido las tarifas como esenciales para corregir los desequilibrios comerciales. El lunes, afirmó en redes sociales que las medidas estaban funcionando y generando beneficios económicos significativos para Estados Unidos.