
Los precios del petróleo han caído por debajo de los 60 dólares por barril, alcanzando su nivel más bajo en más de cuatro años. Esta tendencia a la baja se ha intensificado en medio de un clima de incertidumbre económica global, exacerbado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y una demanda de energía que se debilita.
El crudo Brent, referencia a nivel global, se situó en torno a los 61 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) estadounidense descendió a aproximadamente 58 dólares, marcando ambos precios sus niveles más bajos desde febrero de 2021. La caída de los precios comenzó tras el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de una nueva ronda de aranceles a la mayoría de las importaciones, lo que generó una reacción negativa en los mercados. Desde ese anuncio, los precios han caído cerca de un 16%, impulsados por el temor a que una guerra comercial prolongada pueda afectar el crecimiento económico y reducir el consumo de combustibles.
Impacto de los aranceles y respuesta de China
La implementación de los nuevos aranceles, que elevan la tasa sobre los productos chinos hasta un 104% desde el 34% previamente establecido, ha llevado a China a prometer una respuesta contundente, lo que ha incrementado las preocupaciones sobre una desaceleración económica global. Los analistas advierten que las tensiones entre las dos principales economías del mundo podrían perjudicar el comercio y frenar la inversión.
Además, la OPEP y sus aliados, incluida Rusia, han añadido presión al mercado al anunciar un aumento de producción de 411,000 barriles por día para mayo, lo que podría llevar a un exceso de oferta y profundizar la caída de los precios. David Morrison, analista senior de Trade Nation, comentó que el crudo ha estado en caída libre desde que Trump reveló los nuevos aranceles, describiendo el aumento de producción de la OPEP+ como un «doble golpe».
En este contexto, Morrison sugiere que los precios del petróleo podrían estabilizarse en un rango estrecho, ya que los inversores anticipan una demanda más débil y una oferta abundante. Este fenómeno podría alinearse con el objetivo de Trump de proporcionar energía barata para fortalecer la manufactura en Estados Unidos. Según J.P. Morgan, la Casa Blanca busca reducir los precios del crudo a 50 dólares o menos, una estrategia que Trump ha defendido en sus redes sociales, destacando los beneficios de su enfoque comercial.
Es relevante mencionar que Rusia no ha sido objeto de los nuevos aranceles, dado que las sanciones existentes ya limitan significativamente el comercio. Sin embargo, el banco central ruso ha advertido que la caída de los precios del petróleo y el conflicto comercial en expansión podrían perjudicar su economía. La presidenta del banco, Elvira Nabiullina, señaló que la escalada de las guerras arancelarias suele conllevar una disminución del comercio global y, potencialmente, una reducción en la demanda de sus recursos energéticos.
El crudo Urales de Rusia también ha experimentado una caída significativa, acercándose brevemente a la marca de 50 dólares por barril por primera vez en casi dos años, antes de recuperarse a alrededor de 67 dólares.