
El mercado del petróleo ha experimentado recientemente una caída significativa, con los futuros del crudo estadounidense perdiendo más de un 6% en un solo día. Este descenso se produce en el contexto de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que han llevado a Pekín a imponer aranceles de hasta el 84% sobre productos estadounidenses en respuesta a las tarifas implementadas por la administración Trump.
En concreto, el barril de petróleo de referencia estadounidense se situó en 55,57 dólares, mientras que el crudo Brent cayó a 58,78 dólares. Este desplome en los precios se ha visto impulsado por el temor a que el mundo se adentre en una guerra comercial que podría provocar una recesión y, por ende, una disminución en la demanda de crudo.
Expectativas del mercado y acciones de OPEC+
Las preocupaciones sobre el crecimiento económico global han llevado a los analistas a calificar la situación como un «cóctel tóxico». Helima Croft, responsable de estrategia de materias primas en RBC Capital Markets, ha advertido que la combinación de temores a una recesión y un aumento en la oferta de petróleo podría tener consecuencias graves para el mercado energético.
En este contexto, OPEC+ ha decidido acelerar la producción en mayo, lo que, según algunos expertos, podría agravar aún más el exceso de oferta en un mercado ya saturado. Esta decisión podría interpretarse como un intento de estabilizar los precios, aunque las tensiones geopolíticas continúen influyendo en el panorama energético global.
Por otro lado, se espera que Estados Unidos e Irán se reúnan en Omán para discutir el programa nuclear de Teherán. Un resultado positivo en estas negociaciones podría abrir la puerta a un incremento del petróleo iraní en el mercado global, lo que a su vez podría cambiar la dinámica de la oferta y la demanda en un contexto ya delicado.