
Piper Rockelle, una influencer estadounidense de 17 años, ha creado un imperio de contenido digital que le ha valido millones de seguidores en plataformas como TikTok, YouTube e Instagram. Desde la edad de 9 años, Rockelle ha compartido su vida en línea, pero la reciente atención mediática se ha centrado en las preocupaciones sobre las condiciones laborales detrás de su éxito. La madre y manager de Piper, Tiffany Smith, se encuentra en el centro de la serie documental de Netflix Bad Influence: The Dark Side of Kidfluencing, que examina cómo construyó una dinastía en redes sociales en torno a su hija, utilizando videos de bromas y retos con un grupo de actores infantiles conocido como el Squad.
En enero de 2022, 11 adolescentes que formaban parte del Squad presentaron una demanda, alegando que eran “frecuentemente sometidos a un entorno emocional, físico y a veces sexualmente abusivo” por parte de Smith, tanto dentro como fuera de los sets de grabación. En respuesta a estas acusaciones, YouTube desmonetizó la cuenta de Rockelle, citando violaciones a su política de responsabilidad de creadores. En 2024, ambas partes alcanzaron un acuerdo de $1.85 millones, aunque Smith y su colaborador Hunter Hill negaron cualquier irregularidad.
Kief Davidson, co-director de la serie, explicó que la demanda impulsó su interés en investigar este caso en particular. Davidson, quien es padre, se sintió intrigado por la dinámica de poder y la explotación en el mundo de los influencers infantiles, donde muchos niños buscan oportunidades en una industria valorada en $250 mil millones. Para los miembros del Squad, participar en este fenómeno era visto como una vía para alcanzar sus sueños de actuación y disfrutar de tiempo con amigos.
A medida que aumentaba la fama de Rockelle, también lo hacía la de sus compañeros. Pasó de ser una estrella de certámenes de belleza a ser el centro de un universo en redes sociales, con un riguroso calendario de publicaciones y complejas tramas. Sin embargo, se convirtieron en actores infantiles sin las regulaciones que protegen a los menores en la industria del entretenimiento.
La demanda plantea importantes preocupaciones sobre el trato que recibían los miembros del Squad detrás de las cámaras. Un informe del New York Times en febrero de 2024 reveló cómo muchos jóvenes influencers atraen a seguidores adultos problemáticos, incluidos pedófilos. La serie documental aborda las controversias en torno a las fotos de Rockelle y los videos en los que hacía referencias sugestivas, controversias que han persistido incluso después de que YouTube desmonetizara su cuenta. Tras este suceso, Rockelle comenzó a compartir fotos exclusivas en una aplicación que requiere que sus fans paguen por acceder a su contenido.
Davidson subrayó que el contenido de los influencers infantiles a menudo es orquestado, lo que plantea serias preguntas sobre la ética en la industria. La serie muestra cómo los padres de los niños involucrados en el Squad temían represalias si sus hijos hablaban sobre sus preocupaciones. La influencia de Rockelle en redes sociales incluía abordar rupturas de amistad, lo que podía tener repercusiones significativas para la reputación de otros miembros del Squad.
Jennifer Bryant, madre de un exmiembro del Squad, reflexionó sobre la percepción externa de los padres que permiten que sus hijos participen en estas dinámicas. La co-directora de la serie, Jenna Rosher, describió la situación como un escenario manipulador y complejo, donde los padres se veían obligados a desarrollar estrategias de escape cuando las cosas se tornaban insostenibles.
A pesar de las preocupaciones, algunos exmiembros del Squad, como Jentzen Ramirez, han criticado la decisión de hacer una serie documental, cuestionando la necesidad de revivir experiencias traumáticas. Sin embargo, otros, como Sophie Fergi, defendieron la iniciativa como un intento de buscar justicia y visibilizar situaciones que les afectaron profundamente.
Los expertos en la serie plantean que la industria de los influencers infantiles necesita reformas urgentes. Se han propuesto leyes en estados como Utah y California para proteger a los niños, exigiendo que sus ingresos se gestionen mediante cuentas de ahorro específicas. Además, se sugiere que se implementen regulaciones sobre las horas de trabajo y la presencia de educadores en los sets. La co-directora Rosher enfatiza que los padres deben evaluar cuidadosamente si es adecuado que sus hijos sean figuras públicas, considerando todas las implicaciones.
Rockelle, Smith y Hill no participaron en la serie. Smith, tras el acuerdo de la demanda, declaró que la salud mental de Piper era su prioridad y que habían decidido dejar atrás la situación para enfocarse en el futuro de su carrera. Rockelle, por su parte, expresó su deseo de avanzar y dejar atrás el doloroso proceso que ha enfrentado.
Bad Influence: The Dark Side of Kidfluencing está disponible en Netflix.