
La inflación en Estados Unidos ha mostrado signos de desaceleración, con un incremento del índice de precios al consumidor (IPC) del 2,4% en el último año, una disminución con respecto al 2,8% registrado en febrero. Este dato, publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., sugiere que la inflación está cediendo, en gran parte debido a la caída de los precios de la gasolina.
A pesar de esta tendencia, los economistas advierten sobre la inminente presión que pueden ejercer los aranceles impuestos por la administración Trump en el futuro. Las tarifas, un impuesto que deben pagar los importadores estadounidenses, se traducen en un aumento de costos para las empresas, que finalmente son trasladados a los consumidores. Por ejemplo, los aranceles sobre el acero podrían encarecer productos intensivos en acero como automóviles y maquinaria, lo que podría revertir la disminución actual en la inflación.
Desafíos en el horizonte económico
Según Mark Zandi, economista jefe de Moody’s, aunque los últimos datos del IPC podrían parecer positivos, la realidad es que la guerra comercial y la política arancelaria de Trump empañan este panorama. La respuesta de China a los aranceles estadounidenses, con tarifas retaliatorias del 84% sobre productos de EE. UU., añade otra capa de complejidad a la situación económica. Esto pone de relieve cómo las decisiones políticas pueden influir en la economía y, por ende, en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Si bien el IPC ha caído significativamente desde su pico pandémico del 9,1% en junio de 2022, todavía se sitúa por encima de la meta del 2% que tiene la Reserva Federal de EE. UU. para el largo plazo. Proyecciones de Capital Economics sugieren que la tasa de inflación podría alcanzar un pico del 4% para finales de 2025 debido a las políticas arancelarias vigentes.
Por otro lado, la inflación en el sector de la vivienda, que representa una parte crucial del IPC, ha mostrado signos de desaceleración, con un aumento del 4% en marzo, el menor registrado desde noviembre de 2021. Sin embargo, el aumento de los precios de los alimentos se presenta como un área problemática, con un incremento del 0,5% en el último mes, lo que podría ser motivo de preocupación para los consumidores. Los precios de productos básicos, como los huevos, han aumentado drásticamente a causa de brotes de gripe aviar que han afectado a millones de gallinas ponedoras en EE. UU.
En resumen, aunque algunos indicadores económicos apuntan a una mejora, la interrelación entre las políticas comerciales y los precios de consumo sugiere que el camino hacia una estabilidad económica durable está plagado de desafíos, donde la política y la economía se entrelazan de manera inextricable.