
Lawrence H. Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, ha expresado su preocupación por la escalada de la guerra arancelaria impulsada por el presidente Donald Trump, advirtiendo que esta situación podría llevar al país hacia una crisis financiera. En sus declaraciones, Summers compara la reciente turbulencia en los mercados con las condiciones que suelen observarse en economías emergentes inestables.
En una intervención reciente, antes de que Trump anunciara una pausa sorpresiva de 90 días en el aumento de aranceles, Summers afirmó que la situación volátil en los mercados de EE. UU. y a nivel global es “totalmente inducida por la política arancelaria del gobierno estadounidense”.
Impacto en los mercados financieros
Summers destacó que “las tasas de interés a largo plazo están aumentando, incluso mientras el mercado de valores cae drásticamente”. Este patrón inusual sugiere una aversión generalizada hacia los activos estadounidenses en los mercados financieros globales, lo que lleva a que EE. UU. sea percibido como un “mercado emergente problemático”.
El exsecretario también advirtió que la combinación de un aumento de la deuda pública, déficits crecientes y la ansiedad de los inversores extranjeros podría desencadenar una peligrosa espiral descendente. “Esto podría provocar todo tipo de espirales viciosas, dada la dependencia de los compradores extranjeros”, agregó.
La decisión inicial de Trump de imponer un arancel del “10% base” a todas las importaciones y aumentar los gravámenes sobre los productos chinos al 125% causó un impacto significativo en los mercados financieros de EE. UU., eliminando más de 10 billones de dólares en valor de mercado. A pesar de que la posterior congelación de los aumentos de aranceles provocó un rebote dramático en Wall Street, los mercados solo recuperaron aproximadamente la mitad de las pérdidas sufridas.
Tras el anuncio de Trump, Summers reiteró sus críticas, acusando a la administración de llevar a cabo una política económica imprudente que socava la credibilidad global de EE. UU. “Los matones retroceden. Es trágico ver a Estados Unidos seguir políticas de república bananera y patrones de mercado”, escribió Summers, añadiendo que la administración había presumido de las conversaciones con otros países antes de que los mercados colapsaran.
Summers calificó la estrategia comercial de la Casa Blanca como “improvisación temeraria, no una estrategia”, y acusó a los funcionarios de deshonestidad sobre sus verdaderas intenciones. “Incluso su nuevo régimen tiene aranceles cerca de los niveles de Smoot-Hawley y costará a las familias de clase media cerca de 2,000 dólares”, advirtió, refiriéndose a la infame ley arancelaria de la década de 1930, ampliamente culpada por profundizar la Gran Depresión.
A pesar de que la Casa Blanca defiende su campaña arancelaria como necesaria para proteger los empleos estadounidenses y forzar términos comerciales más justos, críticos como Summers argumentan que los giros impredecibles en la política han inquietado a los inversores y amenazan con causar daños a largo plazo a la economía estadounidense.