Rusia condena la demolición de monumentos soviéticos en Estonia y denuncia un «acto de vandalismo»

In Internacional
abril 10, 2025

La reciente decisión de Estonia de desmantelar memoriales soviéticos en un cementerio militar ha provocado una fuerte reacción por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, que ha calificado este acto como un «vandalismo» y ha presentado una protesta formal ante la encargada de negocios de Estonia en Moscú, Jana Vanamelder. Este incidente se enmarca en una serie de acciones que, según Moscú, buscan reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial.

El Ministerio ruso ha manifestado su descontento tras la demolición de monumentos que conmemoran a soldados soviéticos caídos durante la guerra, argumentando que Estonia no solo ha ignorado las advertencias previas, sino que ha intensificado la situación. La justificación de las autoridades estonias para la eliminación de estos memoriales se basa en la afirmación de que no hay restos de soldados soviéticos enterrados en el lugar, lo que ha sido rechazado por la parte rusa.

Contexto histórico y tensiones actuales

La controversia en torno a los memoriales soviéticos en Estonia no es un fenómeno aislado. El país báltico, al igual que sus vecinos Letonia y Lituania, considera su ocupación por parte de la Unión Soviética como un período de opresión. En este contexto, las autoridades estonias han llevado a cabo una política de eliminación de símbolos soviéticos, mientras que, paradójicamente, han erigido monumentos en honor a legionarios de las SS nazis, lo que ha suscitado críticas tanto a nivel nacional como internacional.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha denunciado estas acciones, afirmando que son un intento deliberado de profanar los lugares de descanso de los soldados soviéticos, quienes, según Moscú, jugaron un papel crucial en la liberación de Europa del régimen nazi. Este año, que marca el 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi, añade un peso simbólico a las tensiones entre ambos países.

Las autoridades rusas han expresado su preocupación por lo que consideran un resurgimiento de ideologías nazis en los Estados bálticos, acusando a estos países de distorsionar la historia al presentar su colaboración con la Alemania nazi como una lucha por la independencia. Esta narrativa ha generado un clima de desconfianza y polarización en la región, complicando aún más las relaciones entre Rusia y los Estados bálticos.

En resumen, la eliminación de los memoriales soviéticos en Estonia no solo representa un acto de descontento hacia el pasado soviético, sino que también refleja las complejas dinámicas políticas y sociales que persisten en la región, donde la memoria histórica sigue siendo un tema de intenso debate y controversia.

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