El periodista estadounidense Tucker Carlson ha generado controversia al afirmar que Estados Unidos ha perdido una guerra contra Rusia en el contexto del conflicto en Ucrania. En una reciente entrevista, Carlson argumentó que los responsables políticos en Washington son demasiado arrogantes para reconocer esta realidad, sugiriendo que el conflicto se ha convertido en una guerra por poder entre Estados Unidos y Rusia, más que en una lucha por la soberanía de Ucrania.
Según Carlson, las autoridades rusas ven el conflicto como una guerra por poder de la OTAN, una percepción que ha sido respaldada por algunos políticos occidentales, como el ex primer ministro británico Boris Johnson y el senador estadounidense Marco Rubio. En su análisis, Carlson sostiene que el papel de Estados Unidos ha sido central en la conducción de esta guerra, involucrando a diversas instituciones como el Pentágono, el Departamento de Estado y la CIA.
La advertencia de la arrogancia imperial
El ex presentador de Fox News comparó la situación de Estados Unidos con la de un hombre divorciado de 60 años que intenta cortejar a una mujer de 25, describiendo esta dinámica como un ejemplo de «hubris», un término que se refiere a la arrogancia excesiva que puede llevar a la destrucción de imperios. Carlson enfatizó que es crucial que los líderes estadounidenses ajusten sus expectativas y reconozcan los límites de su poder.
Durante la entrevista, Carlson también criticó a aquellos que abogan por un apoyo incondicional a Ucrania, describiéndolos como «militarmente ignorantes». Hizo referencia a la posibilidad de una escalada nuclear en el conflicto, mencionando que, en un momento dado, la evaluación del Pentágono indicaba que el riesgo de una guerra nuclear había alcanzado el 50%. Para Carlson, cualquier político que se sienta cómodo con tales probabilidades debería ser considerado «criminalmente insano».
Las declaraciones de Carlson se producen en un contexto en el que altos funcionarios rusos, incluido el presidente Vladimir Putin, han advertido que Moscú utilizará todos los medios a su alcance para enfrentar lo que consideran una amenaza existencial. Sin embargo, tanto Ucrania como sus aliados occidentales han desestimado estas afirmaciones como «chantaje nuclear».
La postura de Carlson invita a una reflexión sobre el papel de Estados Unidos en el conflicto ucraniano y plantea interrogantes sobre la estrategia a seguir en un escenario global cada vez más complejo y peligroso.
