
LAS VEGAS — Sean Baker ha lanzado un llamamiento a la industria del cine tras recibir el premio a Mejor Director en los Oscars por su película Anora. En su discurso, destacó la amenaza que enfrenta la experiencia de ir al cine y subrayó la responsabilidad colectiva de apoyar a las salas. Este mensaje resonó en el CinemaCon, una conferencia anual en la que los estudios presentan avances de sus próximos estrenos a los propietarios de cines, con el objetivo de reavivar el interés en la asistencia a las salas.
Aunque contar con un cineasta aclamado es un gran apoyo, Anora no ha logrado liderar la taquilla del año pasado, que fue dominada por títulos como Inside Out 2 y Deadpool & Wolverine. Sin embargo, la película ha sido un éxito notable al haberse producido con un presupuesto de solo 6 millones de dólares y haber recaudado más de 20 millones en 25 semanas en cartelera, según la ejecutiva de Neon, Elissa Federoff.
Durante CinemaCon, se presentaron avances de producciones como Superman y Wicked: For Good, generando entusiasmo entre los asistentes. Sin embargo, la industria del cine no puede depender únicamente de propiedades intelectuales conocidas, especialmente tras los efectos devastadores de las clausuras de salas durante la pandemia y el creciente interés en los servicios de streaming. Michael O’Leary, presidente de Cinema United, advirtió que la búsqueda de retornos financieros inmediatos ya no es suficiente y abogó por un modelo sostenible a largo plazo.
A pesar del optimismo general entre los participantes de CinemaCon, existe la preocupación de que el público de cines haya cambiado de forma permanente. O’Leary señaló que las salas han sabido “desafiar la gravedad” al mantenerse relevantes a través de avances tecnológicos y cambios en las tendencias a lo largo de los años, desde la llegada de la televisión hasta el auge de los VCR.
El pronóstico para la taquilla durante este verano es positivo. Las salas de cine están implementando diversas estrategias para apoyar su recuperación, como la propuesta de establecer un periodo de exclusividad de 45 días para que las películas se proyecten únicamente en cines antes de estar disponibles en plataformas de video bajo demanda o streaming. Esta propuesta fue recibida con aplausos en CinemaCon y se estima que podría añadir mil millones de dólares anuales a la taquilla.
El debate sobre la viabilidad de esta exclusividad se centró en la necesidad de que los cines exijan a los estudios este compromiso, aunque podría haber resistencia por parte de los mismos, que buscan recuperar sus inversiones rápidamente. Adam Aron, CEO de AMC Entertainment, reveló que al menos tres de los seis grandes estudios están de acuerdo en la necesidad de volver a establecer el periodo de 45 días, siendo Disney uno de los más probables, dado que el año pasado muchas de sus películas estuvieron en cines durante 60 días.
En cuanto a las experiencias cinematográficas, O’Leary enfatizó que si la única razón para asistir al cine es el formato de pantalla grande, se estaría destruyendo el corazón del negocio. Por ello, abogó por que todas las proyecciones en salas sean de calidad premium. Actualmente, las proyecciones de alta tecnología representan apenas el 9% de la taquilla, aunque títulos como Oppenheimer y Dune: Part Two han mantenido llenos los cines premium.
Algunas de las propuestas de formatos premium incluyen IMAX, que ofrece pantallas más altas y anchas con sonido inmersivo; ScreenX, que presenta pantallas panorámicas de 270 grados; 4DX, que incorpora asientos en movimiento y efectos sensoriales; y Dolby Atmos, que proporciona un sonido envolvente que se desplaza por la sala. Sin embargo, O’Leary también hizo hincapié en la necesidad de mejorar el marketing de las películas, ya que la conciencia del público sobre los nuevos estrenos ha disminuido drásticamente.
Los datos recientes muestran una caída del 38% en la cantidad de películas que alcanzan un nivel de conciencia superior al 50% en el fin de semana de estreno. Para abordar esta situación, O’Leary sugirió que los trailers deberían tener una duración de 90 segundos y que se proyecten de cuatro a seis antes de cada película, con el objetivo de aumentar la visibilidad de los estrenos.
Para atraer a más público, algunas salas están explorando la idea de ofrecer productos de concesión coleccionables, como cubos de palomitas temáticos que se han vuelto populares. Estas iniciativas no solo generan ingresos adicionales, sino que también funcionan como herramientas de publicidad para las películas. La demanda de estos productos ha llevado a los estudios a colaborar con los fabricantes para crear artículos que entusiasmen a los espectadores.
Además, se están considerando atracciones innovadoras en las salas, que van desde asientos más cómodos hasta experiencias más extravagantes, como el uso de tecnología interactiva durante las proyecciones. A pesar de que algunas ideas pueden parecer extravagantes, como la inclusión de canchas de pickleball o tirolinas, las cadenas de cines están invirtiendo en modernizar sus instalaciones, con una inversión de 2.200 millones de dólares anunciada por algunas de las principales cadenas de cines en Estados Unidos.
Los cambios en el comportamiento del público y las nuevas dinámicas de consumo de contenido están llevando a la industria del cine a adaptarse, con el objetivo de revitalizar la experiencia de ir al cine y asegurar su futuro en un entorno marcado por la competencia de los servicios de streaming.