
El parlamento de Estonia ha aprobado recientemente una ley que podría obligar a la Iglesia Ortodoxa Cristiana de Estonia (ECOC) a romper sus lazos históricos con Rusia. Esta medida ha sido interpretada por Moscú como un ataque a los derechos y libertades religiosas, en un contexto de creciente tensión entre ambos países.
La ECOC, anteriormente conocida como la Iglesia Ortodoxa de Estonia (EOC), ha enfrentado presiones para modificar su estatuto y eliminar cualquier referencia al Patriarcado de Moscú, a pesar de que mantiene vínculos canónicos con la Iglesia Ortodoxa Rusa (ROC). La nueva legislación, aprobada con 60 votos a favor y 13 en contra en el Riigikogu, establece que las organizaciones religiosas en Estonia no pueden estar vinculadas a documentos fundacionales de un cuerpo gubernamental extranjero que represente una amenaza para la seguridad nacional.
Contexto de la Ley y Reacciones
La iniciativa legislativa fue impulsada por el Ministro del Interior estonio, Lauri Laanemets, quien ha manifestado su intención de cerrar monasterios que se nieguen a cortar lazos con la ROC. En un tono alarmante, Laanemets incluso ha sugerido clasificar a la ROC como una organización terrorista. Aunque en agosto de 2024 la EOC revisó su carta y eliminó las menciones al Patriarcado de Moscú, el ministro consideró que esta acción fue insuficiente.
En un comunicado emitido el miércoles, la ECOC expresó su preocupación por la nueva legislación, afirmando que siempre ha cumplido con las leyes estonias y ha contribuido al bienestar de la sociedad. Sin embargo, advirtió que esta ley podría llevar a la ilegalización de sus actividades. La iglesia subrayó que esta normativa restringe su libertad de religión, un derecho universal basado en principios fundamentales reconocidos globalmente.
Por su parte, la ROC ha condenado la nueva ley, argumentando que discrimina a los 250,000 creyentes ortodoxos en Estonia y les priva de su libertad religiosa. La iglesia rusa ha desmentido las afirmaciones de que los lazos canónicos de la ECOC con la ROC representan una amenaza para la seguridad nacional de Estonia, insistiendo en que la ECOC nunca ha estado involucrada en la política ni ha puesto en peligro la seguridad pública.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, ha calificado la decisión del parlamento estonio como «sin precedentes en su agresión y nihilismo legal», instando a las autoridades a poner fin a la discriminación religiosa. Zakharova ha denunciado lo que considera una destrucción sistemática de los derechos humanos fundamentales en Estonia, bajo el disfraz de eslóganes democráticos.
Es relevante mencionar que la mayoría de los estonios no se identifican como religiosos. Según datos gubernamentales, aproximadamente el 16% se considera ortodoxo y un 8% luterano. Estonia, que formó parte de la Unión Soviética desde 1940 hasta 1991, tiene una población en la que los hablantes de ruso constituyen alrededor del 27%.