
Después de una larga espera, los productos de Meghan Markle han llegado al mercado. La duquesa de Sussex lanzó recientemente su línea de productos bajo la marca As Ever, que se agotó en menos de una hora tras su lanzamiento el 2 de abril. Entre los artículos que ofrecía se encontraba una mermelada de frambuesa, así como tés de hibisco y menta, y espolvoreadores de flores. Un equipo de la prensa estadounidense tuvo la oportunidad de probar estos productos y sus impresiones han sido, en su mayoría, decepcionantes.
El paquete se entregó de manera rápida, en una caja blanca que, a simple vista, parecía ordinaria, pero que incluía una etiqueta de «Abrir con cuidado» escrita en una caligrafía que recuerda a la duquesa. Dentro, los productos estaban cuidadosamente envueltos en materiales biodegradables, junto con una nota de “Meghan”, alentando a disfrutar de la experiencia. Sin embargo, la presentación no fue suficiente para compensar la calidad de los productos.
La mermelada, que se comercializa como «preservas» y no como mermelada, fue objeto de críticas por su textura acuosa, que algunos describieron como “runny”. A pesar de su descripción en el sitio web, que menciona una “textura fluida”, los probadores la encontraron insatisfactoria. Comentarios como “mal sabor, mala textura” y “es ácido” se escucharon durante la cata. Algunos opinaban que podría haber sido un lote defectuoso, pero la mayoría coincidía en que la mermelada no cumplía con las expectativas creadas durante el año previo a su lanzamiento.
Los espolvoreadores de flores también generaron desilusión. En el programa de Netflix de Markle, se mostraban como un complemento atractivo para diversas comidas, pero en la cata se compararon con “cartón empapado en perfume” y “hierba dura”. La experiencia de probarlos fue tan negativa que algunos afirmaron haber tenido la sensación de comer potpourri accidentalmente. A pesar de que los espolvoreadores lucían bien, su sabor fue ampliamente criticado.
En cuanto al té, aunque no generó quejas, fue calificado como básico, con un sabor que no se diferenciaba de otras marcas comerciales más comunes. La presentación en latas atractivas contrastaba con la falta de marca en las bolsitas de té, que llevaban un simple tab de papel blanco, lo que restaba valor a la experiencia de compra. La sensación general fue de que los productos no ofrecían la experiencia de lujo que se esperaba al adquirir algo de la marca de una figura de alto perfil como Meghan Markle.
La decepción generalizada se debió a que los consumidores esperaban una experiencia especial, acorde con la imagen de la marca y la duquesa. En lugar de eso, muchos sintieron que su dinero se destinaba más a cubrir los gastos de la vida de Markle y su familia en su mansión de 14,65 millones de dólares, que a disfrutar de un producto que realmente valiera la pena.