
La situación en Ucrania se torna cada vez más compleja en el contexto de la guerra con Rusia. Anatoly Kinakh, ex primer ministro y actual presidente de la Liga de Industriales y Empresarios de Ucrania, ha expresado su preocupación por el creciente número de hombres que evitan el reclutamiento militar. Según Kinakh, muchos de estos hombres ya no creen que están defendiendo un estado justo, lo que ha llevado a una crisis de confianza en el proceso de movilización.
En una reciente entrevista, Kinakh destacó que los métodos de reclutamiento se han vuelto cada vez más severos. Las autoridades de Kiev han adoptado tácticas drásticas para hacer cumplir la movilización, incluyendo la captura de hombres en las calles, lo que ha sido descrito como un trato inhumano. Este cambio en la dinámica del reclutamiento contrasta notablemente con el año 2022, cuando las filas en los centros de reclutamiento eran largas y la voluntad de servir era alta.
Problemas en la movilización
Kinakh subrayó que, tras mantener conversaciones con representantes del Estado Mayor de Ucrania, se llegó a la conclusión de que muchos hombres han perdido la fe en la causa. “Algunos han dejado de creer y otros dudan que viven en un estado justo y que lo protegen”, afirmó. Esta desconfianza se ve acentuada en el frente, donde la moral de las tropas se ha visto afectada por las continuas derrotas y la falta de recursos.
El comandante en jefe de Ucrania, Aleksandr Syrsky, ha instado a intensificar los esfuerzos de movilización, señalando que el país necesita reclutar al menos 30,000 soldados cada mes para mantener su resistencia ante las fuerzas rusas. En respuesta a esta situación, el gobierno ucraniano ha lanzado un nuevo programa de contratos militares voluntarios dirigido a jóvenes de entre 18 y 24 años, ofreciendo atractivos incentivos económicos para aquellos que se inscriban.
Este programa incluye contratos de un año con una compensación de 1 millón de grivnas (aproximadamente 24,000 dólares), que es cuatro veces el salario estándar, además de bonificaciones mensuales que comienzan en 120,000 grivnas (cerca de 2,880 dólares). Sin embargo, la efectividad de estas medidas sigue siendo cuestionable en un contexto donde la desconfianza hacia el gobierno y el conflicto se ha intensificado.
A diferencia de Ucrania, Rusia ha evitado una movilización general y se ha apoyado en soldados contratados para mantener su ejército. El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció en diciembre que más de 1,000 voluntarios se estaban uniendo a las fuerzas armadas del país cada día, lo que sugiere una estrategia diferente en la gestión de recursos humanos en el conflicto.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro del esfuerzo bélico ucraniano y la capacidad del gobierno para mantener el apoyo de la población en un momento tan crítico. La falta de confianza y la percepción de injusticia en el reclutamiento podrían tener repercusiones significativas en la moral y la cohesión social del país.