
En Suecia, el debate sobre las personas transgénero ha adquirido un carácter polarizado, con una tendencia a utilizar ejemplos alarmistas que buscan despertar emociones intensas. Esta situación ha sido objeto de análisis en una nueva tesis que examina el lenguaje empleado en los artículos de opinión sobre cuestiones relacionadas con la identidad de género.
Desde aproximadamente 2019, el clima mediático respecto a los asuntos trans ha experimentado un cambio significativo. Carin Leibring Svedjedal, autora de la tesis y doctora en lenguas escandinavas, ha observado un giro hacia una visión más tradicional y conservadora del género y la identidad. «La balanza se ha inclinado de un deseo de hacer el lenguaje más inclusivo y neutral hacia una postura más rígida», afirma Svedjedal.
Debate polarizado sobre personas trans en los medios
La investigación se basa en un estudio de encuestas y entrevistas a personas trans, así como en un análisis de editoriales y artículos de debate publicados en los principales periódicos suecos. Los resultados revelan que el discurso sobre los temas trans está profundamente dividido. Por un lado, hay quienes abogan por resaltar las perspectivas de las personas trans en relación con el acceso a la atención médica y la legislación. Por otro lado, existe una corriente que expresa preocupación por las posibles implicaciones de una mayor inclusión, como el impacto en otros grupos vulnerables o el riesgo de que algunas personas lamenten las decisiones médicas que han tomado.
Un rasgo recurrente en los artículos de opinión es la tendencia a destacar ejemplos alarmistas. «Esto puede implicar, por ejemplo, establecer paralelismos con los Estados Unidos, donde ha habido un intenso debate sobre el tratamiento de las mujeres trans en prisiones femeninas», señala Svedjedal. Además, algunos relatos mediáticos sugieren que los activistas trans son un «culto» que obliga a los individuos a realizar cambios irreversibles en sus cuerpos.
A través de entrevistas y cuestionarios dirigidos a 31 personas trans, la autora también exploró cómo estas personas utilizan el lenguaje para dar forma a su identidad. La mayoría elige un nombre que les representa, sin necesidad de que este se asemeje al anterior. Por lo general, el pronombre elegido refleja su identidad de género: los hombres trans prefieren «él», las mujeres trans «ella» y las personas no binarias «elle». Sin embargo, el estudio también revela que las personas trans pueden enfrentar dificultades en su entorno, como la adaptación de familiares a nuevos nombres y pronombres.
La autora destaca que, si bien es importante utilizar los nombres y pronombres correctos, la mayoría de las personas encuestadas comprenden que puede llevar tiempo ajustarse a estos cambios. «Lo más importante es que quienes te rodean tengan buenas intenciones y no digan deliberadamente lo incorrecto», enfatiza Svedjedal.
Basándose en el análisis de cómo se abordan los temas trans en los medios y en las descripciones de experiencias por parte de personas trans, Svedjedal identifica dos discursos centrales en la sociedad. El primero, presente entre las personas trans, considera que la identidad de género mental es dominante, sugiriendo que no es necesario corregir el sexo biológico para pertenecer a un género determinado. Este enfoque contrasta con el que predomina en los textos de opinión, donde se considera que el sexo biológico es lo más relevante, sugiriendo que es demasiado difícil para las personas trans realizar una transición completa.
Leibring Svedjedal argumenta que el cambio en el clima de debate sobre las personas trans se fundamenta en el miedo a lo desconocido. Esta ansiedad es explotada políticamente, por lo que recomienda a los consumidores de medios adoptar una actitud crítica. «Es esencial cuestionarse qué emociones buscan evocar estos artículos de opinión y cuáles son los motivos políticos tras ellos», concluye.
La autora hace un llamado a fomentar una actitud más acogedora hacia lo desconocido, invitando a la reflexión sobre el costo personal de utilizar el nombre o pronombre que la persona solicitó.