
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha abierto una posible vía para que sus socios comerciales eviten aranceles más altos al instarles a incrementar la compra de energía estadounidense. Este movimiento se produce en un contexto de tensiones comerciales globales, donde la administración Trump busca reducir el déficit comercial y alcanzar lo que ha denominado «dominancia energética».
En una reciente declaración, Trump anunció una pausa en los aranceles «recíprocos» para la mayoría de los países, a excepción de China, permitiendo a las naciones un período de tres meses para negociar acuerdos bilaterales que les permitan evitar un aumento en los derechos de aduana. Actualmente, la mayoría de las naciones enfrentan un arancel base del 10%.
El mandatario estadounidense ha exigido que la Unión Europea compre 350.000 millones de dólares en energía americana para equilibrar el superávit comercial de la UE con Estados Unidos, que alcanzó los 235.600 millones de dólares en 2024. La presión sobre Europa para que adquiera energía estadounidense se hace evidente, ante la amenaza de un arancel del 20% si no se llega a un acuerdo.
Estados Unidos se posiciona como el mayor productor de petróleo y gas del mundo, siendo el mayor exportador de gas natural licuado (GNL). Según investigaciones de Barclays, la energía representó aproximadamente el 15% de las exportaciones totales de Estados Unidos en 2024.
Proyecto de GNL en Alaska
En este contexto, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, mencionó que una posible inversión de Japón, Corea del Sur y Taiwán en un proyecto emblemático de GNL en Alaska podría servir como base para un acuerdo con esos países. Este proyecto no solo generaría empleo en Estados Unidos, sino que también ayudaría a reducir el déficit comercial.
El proyecto de GNL en Alaska contempla el transporte de gas natural desde la zona norte del estado a través de un gasoducto de 807 millas hasta una planta de licuefacción en Nikiski, para su exportación a Asia, con un costo estimado de más de 40.000 millones de dólares.
La administración Trump ha priorizado el desarrollo de los recursos de GNL de Alaska desde su llegada al poder, destacando la importancia de este proyecto para la seguridad y la independencia energética de Estados Unidos. En 2024, la Unión Europea, Japón y Corea del Sur ya eran grandes compradores de GNL estadounidense, con la UE absorbiendo el 39% de las exportaciones de GNL de Estados Unidos.