
La administración del expresidente estadounidense Donald Trump ha reavivado su interés por la adquisición de Groenlandia, un territorio autónomo danés. Según un informe del New York Times, la Casa Blanca está considerando una campaña de relaciones públicas y la implementación de incentivos financieros para persuadir a los groenlandeses a unirse a Estados Unidos.
Trump ha manifestado en varias ocasiones que la posesión de esta isla, que es aproximadamente del tamaño de México, es crucial para la “seguridad nacional” de Estados Unidos. En sus declaraciones más recientes, el expresidente llegó a afirmar que “100% obtendrá” Groenlandia, insinuando incluso la posibilidad de recurrir a la fuerza militar si fuera necesario.
Una estrategia de persuasión
El nuevo enfoque de la administración Trump se centra en la persuasión en lugar de la coerción. Esto incluye campañas publicitarias y en redes sociales dirigidas a influir en la opinión pública entre los aproximadamente 57,000 residentes de Groenlandia. El plan contempla la movilización de varios departamentos del gabinete para llevar a cabo el objetivo de adquirir el territorio, que ha sido un deseo persistente de Trump desde su primer mandato.
Además, se están estudiando incentivos financieros para los groenlandeses, que podrían incluir la sustitución de los 600 millones de dólares en subsidios que Dinamarca proporciona a la isla por pagos anuales de aproximadamente 10,000 dólares por persona. Algunos funcionarios de Trump sugieren que estos costos podrían ser compensados por los ingresos derivados de los recursos naturales de Groenlandia, que incluyen tierras raras, cobre, oro, uranio y petróleo.
Para reforzar esta campaña, la Casa Blanca está resaltando los lazos ancestrales de los groenlandeses con Alaska y el norte de Canadá, así como otros vínculos históricos, como la presencia militar estadounidense en la isla durante la Segunda Guerra Mundial. Groenlandia estuvo bajo dominio danés desde principios del siglo XIX hasta la década de 1950, aunque durante la guerra fue brevemente ocupada por fuerzas estadounidenses tras la ocupación de Dinamarca por parte de la Alemania nazi. Actualmente, la isla alberga una base militar estadounidense y un sistema de alerta temprana para misiles balísticos.
En las últimas décadas, Groenlandia ha ganado mayor autonomía, recibiendo un gobierno propio en 1979 y el derecho a declarar su independencia tras un referéndum en 2009. La idea de adquirir Groenlandia fue planteada por Trump por primera vez en 2019 y ha vuelto a cobrar fuerza desde su regreso a la política. Sin embargo, sus planes han suscitado críticas enérgicas por parte de funcionarios groenlandeses y daneses, quienes han rechazado cualquier sugerencia de venta.
El ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, ha calificado las recientes declaraciones de Trump como escalatorias y despectivas, argumentando que la retórica se ha vuelto cada vez más agresiva y representa una “amenaza oculta” contra Dinamarca y su territorio semiautónomo. Por su parte, el recién elegido primer ministro groenlandés, Jens-Frederik Nielsen, ha instado a los isleños a unirse y dejar claro que “no pertenecemos a nadie más” y que nunca estarán bajo el control de Washington.