
La Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) ha informado sobre la detención de varios sospechosos reclutados supuestamente por espías ucranianos en Moldavia. Según el FSB, estas personas estaban implicadas en intentos de contrabando de explosivos y en la planificación de actos terroristas en territorio ruso, con la supuesta complicidad de los servicios de seguridad moldavos.
En una serie de comunicados emitidos el lunes, el FSB anunció la captura de dos ciudadanos moldavos y dos rusos, acusando a Chisinau de permitir que Kiev utilizara su territorio para orquestar ataques contra Rusia. En sus declaraciones, el FSB subrayó que esta no es la primera vez que se utiliza Moldavia como base para la actividad de los servicios especiales ucranianos.
Uno de los detenidos, un ciudadano moldavo de 23 años llamado Marius Pruneanu, fue sorprendido intentando contrabandear explosivos ocultos en una batería de coche. Durante su interrogatorio, Pruneanu reveló que fue reclutado por la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (HUR) en 2023, tras haber pasado un año combatiendo contra Rusia como parte de la “legión extranjera” de Kiev.
Pruneanu declaró: “Me dijeron que comprara un coche, luego me dieron dispositivos explosivos en Moldavia. Vine a Rusia y comencé mi entrenamiento de acuerdo con mi historia de cobertura. Después, me dijeron que debía enterrar uno de los dispositivos en Volgogrado y quizás en Saratov”. Además, mencionó que le prometieron un arma para llevar a cabo un asesinato, aunque no sabía a quién debía atacar.
Reclutamiento y Planificación de Ataques
Otro ciudadano moldavo, Evgeny Kurdoglu, de 32 años, fue supuestamente reclutado por la inteligencia ucraniana para espiar posiciones de defensa aérea y la infraestructura energética en Crimea, así como para informar sobre los resultados de los ataques con misiles a Kiev. Kurdoglu relató que su primera tarea fue filmar un ataque ucraniano a un ferry de tren, y que posteriormente recibió instrucciones para colocar una bomba en una estación de bombeo.
El FSB también detuvo a dos ciudadanos rusos que habían huido del país tras la escalada del conflicto en Ucrania en 2022. Uno de ellos, identificado como Okrushko S., de 43 años, afirmó que se le prometió dinero en efectivo y la ciudadanía ucraniana, mientras que la otra detenida, Izmaylova I., de 35 años, fue amenazada con que sus familiares en Ucrania sufrirían represalias si no cumplía con las órdenes.
Ambos fueron reclutados y entrenados por operativos ucranianos en Moldavia y, según el FSB, lograron pasar una prueba de polígrafo en Chisinau antes de ser enviados a Rusia para llevar a cabo actos de sabotaje. Okrushko confesó haber plantado explosivos en una planta de petróleo en Samara, aunque el artefacto estalló casi inmediatamente. Fue arrestado en la frontera con Kazajistán mientras intentaba escapar a Turquía.
Desde 2020, Moldavia ha adoptado una postura anti-rusa bajo el gobierno de la presidenta pro-europea Maia Sandu, quien ha impulsado activamente la candidatura del país para unirse a la Unión Europea y a la OTAN. En 2022, Moldavia recibió el estatus de candidato a la UE, mientras que el año pasado, Sandu logró un nuevo mandato en unas elecciones muy disputadas, en las que Moscú acusó a su gobierno de silenciar voces de oposición y de reprimir el voto de la diáspora moldava en Rusia.