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La regrowth en Queensland: una oportunidad para salvar especies amenazadas

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abril 16, 2025

Queensland, conocido como la capital de la deforestación en Australia, enfrenta una paradoja ecológica: muchos de los árboles talados tienen la capacidad de regenerarse de forma natural. Según las cifras más recientes del gobierno estatal, se registró un crecimiento de más de 7.6 millones de hectáreas de vegetación en Queensland durante el periodo 2020-2021. Aunque estos árboles son jóvenes, proporcionan un hábitat valioso para numerosas especies amenazadas, siempre que no sean destruidos nuevamente.

Un estudio reciente ha examinado los beneficios de esta regeneración para 30 especies de animales en peligro de extinción. Los resultados indican que los bosques y matorrales regenerados ofrecen hábitat y alimento a estas especies tras un promedio de 15 años de crecimiento, aunque algunas podrían beneficiarse de árboles tan jóvenes como de tres años. Esto representa una oportunidad para que los gobiernos apoyen a los propietarios de tierras, incentivándolos a conservar más áreas de bosque y matorral en crecimiento, especialmente donde pueden proporcionar el hábitat necesario para la fauna.

La importancia de la regeneración de hábitats

El estudio se centró en las especies animales amenazadas que dependen de los bosques y matorrales situados en regiones con un considerable crecimiento de vegetación. A través de encuestas a casi 50 expertos, se determinó que, en promedio, los bosques regenerados comienzan a ser útiles para estas especies tras 15 años, aunque el rango es amplio, de 3 a 68 años, dependiendo de la dieta y las necesidades de hábitat de cada especie.

Por ejemplo, la paloma squatter puede utilizar matorrales de tan solo tres años, mientras que los koalas se benefician de la vegetación que tiene al menos nueve años. Otras especies, como el mayor glider, requieren bosques más antiguos debido a su necesidad de grandes huecos en los árboles para refugio y grandes árboles para alimentarse y desplazarse.

A pesar de su valor, el crecimiento natural de la vegetación se enfrenta a una presión significativa para ser despejado, principalmente para mantener pastos agrícolas. Desde 2018, casi tres cuartas partes de los hábitats perdidos en Queensland corresponden a bosques y matorrales en regeneración. Aunque la pérdida de vegetación más antigua es más dañina por unidad de área, la pérdida de hábitats regenerados ocurre a una escala mucho mayor.

Fomentar la conservación de la regeneración puede ser una estrategia sencilla y económica para ayudar a las especies amenazadas. En contraste, la reforestación es un proceso que consume tiempo y recursos, además de que solo el 10% de las plantas nativas están disponibles como semillas para la venta. Este, junto con eventos climáticos extremos, como sequías prolongadas, puede llevar al fracaso de los proyectos de restauración.

Para facilitar la retención de la regeneración por parte de los propietarios de tierras, se pueden ofrecer incentivos. Por ejemplo, los planes de gestión de biodiversidad financiados por el gobierno proporcionan pagos para cubrir los costos de conservación de la vegetación, como la creación de cercas y el control de malas hierbas, además de compensaciones por la pérdida de producción agrícola. Dirigir estos incentivos hacia áreas de crecimiento con alto valor de hábitat podría beneficiar a la fauna local.

Alternativamente, los esquemas basados en el mercado permiten a los propietarios generar «créditos» de biodiversidad o carbono al conservar más árboles en sus propiedades. Las empresas o gobiernos pueden comprar estos créditos para compensar sus emisiones de carbono. Sin embargo, el mercado de carbono en Australia ha sido acusado de emitir créditos de «baja integridad», lo que plantea dudas sobre su efectividad y la necesidad de metodologías robustas para retener la regeneración.

En febrero, el gobierno de Queensland introdujo un método que permite a los propietarios de tierras generar créditos de carbono al comprometerse a no despejar sus bosques y matorrales en regeneración. Esta nueva metodología ofrece una oportunidad prometedora para diversificar los ingresos agrícolas, al tiempo que los árboles aportan beneficios directos como sombra y refugio para el ganado, control natural de plagas y mejora de la salud del suelo. A nivel paisajístico, un mayor cubrimiento arbóreo puede contribuir a regular el clima local, reducir la escorrentía de sedimentos hacia la Gran Barrera de Coral y disminuir las emisiones de carbono en Australia.

La investigación indica que aprovechar el potencial de regeneración natural en Queensland no solo es beneficioso para la biodiversidad, sino que también puede ser una estrategia eficaz para la conservación de especies amenazadas en un contexto de creciente presión sobre los hábitats naturales.

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