
El concepto de inteligencia animal suele asociarse a especies como los primates o los cuervos, pero investigaciones recientes revelan que también los animales de granja, como ovejas, cabras y alpacas, poseen habilidades cognitivas notables. Este descubrimiento nos invita a reconsiderar la percepción que tenemos sobre estas especies que, a menudo, son subestimadas.
En dos estudios distintos, se analizó cómo estos animales aprenden, recuerdan y comprenden su entorno. Los resultados indican que hemos menospreciado sus capacidades intelectuales y que existen diferencias significativas entre las especies. En particular, las cabras demostraron ser las más dotadas, superando a ovejas y alpacas en tareas que evaluaban la memoria y la resolución de problemas.
Capacidades cognitivas de las cabras
El primer estudio se centró en la memoria espacial, una habilidad esencial para la supervivencia en estado salvaje, dado que los animales deben recordar la ubicación de recursos vitales como agua y alimento. Se diseñó un experimento en el que cada animal debía localizar alimento oculto en varios recipientes dispuestos en un pequeño recinto. Tras aprender la ubicación del alimento, se cambiaron las posiciones para evaluar la rapidez y precisión con la que podían volver a encontrarlo.
Los resultados mostraron que las cabras tenían la memoria espacial más fuerte, localizando el alimento con mayor rapidez y cometiendo menos errores que sus contrapartes. Las ovejas también mostraron un buen rendimiento, aunque con más fallos que las cabras. En contraste, las alpacas tuvieron dificultades para completar las tareas dentro del tiempo establecido, lo que sugiere que su capacidad de memoria espacial es inferior.
Este rendimiento superior de las cabras podría estar relacionado con su historia evolutiva. Adaptadas a forrajear en paisajes amplios y rocosos, estas criaturas han desarrollado una memoria aguda que les permite navegar eficientemente y regresar a fuentes de alimento de calidad.
El segundo estudio exploró habilidades cognitivas más complejas, como la permanencia del objeto, competencia numérica y categorización. La permanencia del objeto es la capacidad de entender que un objeto sigue existiendo incluso cuando está oculto, una habilidad crucial para la supervivencia en la naturaleza. Para evaluar esta habilidad, se colocó alimento bajo un vaso y se complicó gradualmente la tarea añadiendo recipientes vacíos o cambiando las posiciones, lo que requería que el animal rastreara mentalmente la recompensa oculta.
Una vez más, las cabras sobresalieron, mostrando una mayor conciencia de la permanencia del objeto en comparación con ovejas y alpacas. Además, los tres grupos de animales demostraron la capacidad de diferenciar entre cantidades de alimento, eligiendo generalmente el recipiente con más golosinas. Sin embargo, todos enfrentaron dificultades al agrupar formas similares, lo que sugiere un límite en su capacidad de categorización.
Estos estudios proporcionan evidencia que desafía la noción de que los animales de granja carecen de inteligencia. Cada especie tiene fortalezas distintas, pero las cabras parecen procesar y entender la información con mayor eficacia que las ovejas y las alpacas. Este entendimiento sobre la cognición animal no es solo un ejercicio académico; tiene implicaciones prácticas en el bienestar animal y en la forma en que diseñamos sus entornos. Conocer mejor las capacidades cognitivas de estos animales puede contribuir a mejorar su calidad de vida y a prever su comportamiento en nuevas situaciones.
Así, la próxima vez que nos encontremos con un rebaño en el campo o en una granja, es importante recordar que, tras su apariencia tranquila y su comportamiento apacible, las cabras y otros animales de granja pueden poseer una inteligencia mucho más sofisticada de lo que comúnmente se piensa.