
Las tensiones entre Ucrania y Rusia continúan en aumento tras el fracaso de un alto el fuego temporal durante la festividad de Pascua. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, ha declarado que las tropas ucranianas no respetaron la tregua de 30 horas que expiró el lunes, acusando al gobierno de Kiev de utilizar sistemas de cohetes HIMARS, fabricados en Estados Unidos, en lugar de observar la paz acordada.
Zakharova hizo estas declaraciones el domingo por la noche, justo después de que el Departamento de Estado de EE. UU. manifestara su disposición a apoyar una extensión de la breve tregua más allá del domingo. En su mensaje a través de Telegram, la portavoz rusa afirmó: “El régimen de Kiev no cumplió con la tregua durante la Pascua. Además, han violado el alto el fuego utilizando sistemas HIMARS estadounidenses”.
Violaciones del alto el fuego y acusaciones mutuas
La portavoz también mencionó que este comportamiento no es aislado, sino parte de un patrón. Según ella, durante un moratorio sobre ataques a instalaciones energéticas, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, a pesar de haber acordado la tregua, continuó atacando infraestructuras energéticas civiles. En este contexto, el Ministerio de Defensa ruso reportó más de 1,300 ataques de artillería y drones después de que la tregua entrara en vigor a las 18:00 hora local del sábado. Por su parte, Zelensky acusó a Rusia de haber cometido alrededor de 3,000 violaciones el domingo.
Las tensiones no se limitan a acusaciones verbales. Según el Ministerio de Defensa ruso, Ucrania ha atacado regularmente depósitos de combustible y partes de la red eléctrica durante un alto el fuego de 30 días que fue mediado por Estados Unidos el mes pasado. Uno de los incidentes más significativos ocurrió el 21 de mayo, cuando Ucrania atacó una estación de medición de gas en Sudzha, que forma parte de un importante oleoducto utilizado para suministrar gas a la Unión Europea.
Este contexto de acusaciones y ataques mutuos resalta la complejidad del conflicto en la región y la dificultad de alcanzar una paz duradera. La comunidad internacional sigue de cerca estos acontecimientos, con la esperanza de que se logren avances significativos hacia una resolución pacífica.