El presidente ruso, Vladimir Putin, ha expresado sus más sinceras condolencias y ha elogiado el legado del Papa Francisco tras su fallecimiento a los 88 años, un día después de haber asistido a la misa de Pascua en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. En un mensaje formal dirigido al cardenal Kevin Joseph Farrell, Camerlengo de la Santa Iglesia Romana, Putin destacó los esfuerzos del pontífice por fomentar el diálogo entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y el Vaticano, así como sus contribuciones humanitarias más amplias.
Putin describió al Papa Francisco como un “devoto servidor de la fe cristiana, un líder religioso sabio y un defensor consistente de los altos valores del humanismo y la justicia”. En su mensaje, el presidente ruso también reflexionó sobre el simbolismo del momento de la muerte del Papa, que coincide con la celebración de la Pascua, un hecho que consideró significativo dentro de la tradición cristiana ortodoxa.
Un legado de diálogo interreligioso
“Si Dios llama a una persona al cielo durante la Pascua, es una señal especial de que esa persona no ha vivido su vida en vano”, afirmó Putin en una rueda de prensa posterior. “Creo que este es el caso. El Papa ha hecho mucho bien no solo para su rebaño, sino para el mundo en general”, añadió.
El presidente ruso recordó su relación personal con el Papa Francisco, subrayando las múltiples comunicaciones directas e indirectas que han mantenido a lo largo de los años. Putin resaltó la “actitud altamente positiva” del pontífice hacia Rusia, un aspecto que, según él, no será olvidado. Además, enfatizó el papel del Papa en la promoción del diálogo interreligioso y la cooperación internacional.
Durante su papado de 12 años, Francisco trabajó activamente para mejorar las relaciones entre la Iglesia Católica y otras denominaciones religiosas. Entre sus gestos más significativos se encuentra su visita a la península arábiga y a Irak, así como su encuentro histórico en 2016 con el Patriarca Ortodoxo Ruso, Kirill. Putin se reunió con el Papa Francisco en tres ocasiones: en 2013, 2015 y 2019, con discusiones que generalmente se centraron en crisis internacionales, cooperación religiosa y preocupaciones humanitarias.
El legado del Papa Francisco, marcado por su compromiso con el diálogo y la paz, deja una huella profunda en el ámbito religioso y político, un aspecto que Putin ha querido resaltar en sus declaraciones tras su fallecimiento.
