La calidad del aire en EE.UU.: un problema creciente
Casi el 46% de los residentes en Estados Unidos, lo que equivale a 156 millones de personas, viven en áreas con una calidad del aire considerada insalubre, según un informe de la Asociación Americana del Pulmón. Este estudio, que representa el análisis anual número 26 de datos sobre calidad del aire, revela que el país está retrocediendo en sus esfuerzos por mantener un ambiente limpio. La investigación, que abarca datos de los años 2021 a 2023, muestra un aumento de aproximadamente 25 millones de personas en comparación con el informe del año anterior, lo que indica una grave crisis ambiental.
El informe subraya que los efectos del cambio climático, como el aumento de temperaturas, sequías y el incremento del humo de incendios forestales, están impulsando cambios negativos en la calidad del aire en diversas regiones del país. Katherine Pruitt, directora nacional de políticas de aire limpio en la Asociación Americana del Pulmón, destacó que el aumento en el número de personas expuestas a aire insalubre está relacionado en gran medida con el empeoramiento de los niveles de ozono, que tienden a aumentar en climas calurosos y soleados. En 2023, las temperaturas globales alcanzaron cifras récord, lo que contribuyó a una mayor formación de ozono.
El impacto del humo de incendios forestales también ha sido significativo. En 2023, el humo de intensos incendios en Canadá afectó a centros poblacionales en el noreste de EE.UU., resultando en la mayor exposición al humo en la historia moderna del país. Este fenómeno ha revertido parte del progreso logrado en la calidad del aire desde la aprobación de la Ley de Aire Limpio en 1963. Un estudio reciente de la Universidad de Stanford indica que el aumento del humo de incendios ha anulado aproximadamente el 25% de los avances conseguidos en el control de la contaminación del aire. La situación se ha complicado desde 2016, donde se observa un cambio en la tendencia hacia un aumento de las condiciones climáticas extremas, lo que agrava los problemas respiratorios de millones de estadounidenses.
