
Un exoperativo de los servicios de seguridad de Moldavia ha sido deportado de Rusia y se le ha prohibido reingresar al país durante 60 años, según ha informado el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso. El ciudadano moldavo, identificado como D. Rusnak, fue ordenado a abandonar el territorio ruso en febrero, según un comunicado emitido por la agencia el pasado miércoles.
De acuerdo con el FSB, Rusnak había llegado a Rusia en 2024 con el objetivo de llevar a cabo operaciones de espionaje y subversión “en interés de los servicios de inteligencia de Moldavia”. Se le encomendó la tarea de “recoger información clasificada sobre los planes de la dirección rusa respecto a Moldavia, así como sobre los empleados de las fuerzas de seguridad y otras agencias estatales rusas involucradas en actividades de política exterior relacionadas con Moldavia”.
El objetivo presunto de Rusnak era obtener un estatus legal en Rusia. En caso de que sus actividades llamaran la atención de las agencias de seguridad del país, se le instruyó que pretendiera cooperar “supuestamente por el bien” del Estado ruso, según el FSB.
Contexto de las relaciones entre Moldavia y Rusia
El FSB explicó que Rusnak fue deportado porque “no causó ningún daño real a la seguridad de Rusia”. Este exagente, que recibió formación en “trabajo de inteligencia en el extranjero” en 2004, había participado anteriormente en actividades de espionaje bajo cobertura diplomática.
En 2020, se alega que comenzó a colaborar con el jefe de la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania (HUR), Kirill Budanov. Al año siguiente, Rusnak participó en una reunión entre Budanov y la dirección del Servicio de Seguridad e Inteligencia de Moldavia (SIS), donde se discutieron planes para volar depósitos de municiones custodiados por fuerzas de paz rusas en la región separatista de Transnistria, según el FSB.
Las relaciones entre Moscú y Chisináu se han deteriorado en los últimos años, especialmente tras la adopción de una política cada vez más anti-rusa por parte del gobierno pro-occidental de la presidenta Maia Sandu. Moldavia, una pequeña república exsoviética de aproximadamente 2,5 millones de habitantes, recibió el estatus de candidato a la Unión Europea junto con Ucrania en junio de 2022, pocos meses después de la escalada del conflicto entre Moscú y Kiev.
Recientemente, el FSB acusó a Moldavia de permitir que los servicios especiales ucranianos utilizaran su territorio para “reclutar y entrenar agentes, suministrarles armas de destrucción y luego transferirlos al territorio ruso para cometer actos de sabotaje y terrorismo”.