
Las grandes corporaciones y su impacto climático: un estudio revelador
Un nuevo estudio estima que las principales corporaciones del mundo han causado daños climáticos valorados en 28 billones de dólares. Esta cifra surge como parte de un esfuerzo por facilitar que individuos y gobiernos puedan responsabilizar financieramente a las empresas, similar a lo que se ha buscado hacer con los gigantes del tabaco. Un equipo de investigación de la Universidad de Dartmouth llevó a cabo este estudio, calculando la contaminación provocada por 111 empresas, de las cuales más de la mitad de la cifra total se atribuye a diez proveedores de combustibles fósiles, entre ellos Saudi Aramco, Gazprom, Chevron y ExxonMobil.
Los investigadores indicaron que Saudi Aramco y Gazprom son responsables de más de 2 billones de dólares en daños térmicos acumulados a lo largo de las décadas. El estudio, publicado en la revista Nature, revela que cada 1% de gases de efecto invernadero emitidos desde 1990 ha generado aproximadamente 502 mil millones de dólares en daños relacionados con el calor, sin incluir los costos derivados de otros fenómenos climáticos extremos, como huracanes y sequías. Esto contrasta con la producción total de bienes y servicios en Estados Unidos, que en el último año se situó en cifras similares.
La investigación se centra en establecer vínculos causales que permitan responsabilizar a las empresas por su impacto climático. Según el autor principal del estudio, Christopher Callahan, este trabajo busca responder a la pregunta de quién ha causado efectivamente los daños. Utilizando datos de emisiones de productos como gasolina y electricidad generada a partir de carbón, los investigadores realizaron simulaciones para determinar cómo estas emisiones han afectado la temperatura promedio global. Por ejemplo, se estimó que la contaminación de Chevron ha incrementado la temperatura de la Tierra en 0,025 grados Celsius. Este enfoque se basa en técnicas científicas ya establecidas que han sido empleadas durante más de una década para atribuir eventos meteorológicos extremos al cambio climático.