Lecciones del primer aterrizaje lunar comercial exitoso
El pasado 2 de marzo de 2025, la misión Blue Ghost de Firefly Aerospace logró un aterrizaje exitoso en la zona del Mare Crisium, marcando un hito en la exploración lunar comercial. Este módulo de aterrizaje, que operó durante más de 14 días en la superficie lunar, transportó diez instrumentos científicos y equipos de demostración tecnológica, contribuyendo a la iniciativa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA. Durante su operación, el Blue Ghost realizó un trabajo significativo en la recolección de datos y pruebas de diversas tecnologías, lo que refuerza las expectativas sobre futuras misiones tanto robóticas como humanas en la Luna.
La misión, que implicó múltiples maniobras de propulsión con tecnología de motores desarrollada internamente por Firefly, se destacó por la autonomía de su aterrizaje. Según Jason Kim, CEO de Firefly, el módulo no experimentó interrupciones en la comunicación ni alarmas falsas, logrando operar de manera completamente autónoma durante la fase crítica de descenso. Esta capacidad, fundamental para el éxito de la misión, se convertirá en un estándar en futuros diseños de naves espaciales de la compañía, que se enfocará en incrementar la autonomía de sus sistemas.
Entre los hallazgos más sorprendentes de la misión, se destacó la temperatura en la superficie lunar, que resultó ser más alta de lo esperado durante las operaciones del mediodía lunar. El Blue Ghost no solo se encontró con condiciones térmicas extremas, sino que también aterrizó cerca de un cráter, lo que contribuyó a un aumento inesperado de la temperatura debido a la reflexión de la luz solar. Estas observaciones permiten a los científicos y a los ingenieros mejorar la modelización de las características geográficas de la Luna para futuras misiones, lo que podría facilitar la exploración y la utilización de recursos en nuestro satélite natural.
