
Las principales aerolíneas estadounidenses han emitido señales de alarma sobre la posibilidad de una recesión en el sector. Durante una serie de llamadas de ganancias, los directores ejecutivos señalaron que la demanda de viajes nacionales está por debajo de las expectativas iniciales, lo que ha llevado a un exceso de capacidad y, por ende, a la reducción de tarifas aéreas. Este fenómeno, impulsado en parte por la incertidumbre económica y los efectos de las políticas arancelarias del expresidente Donald Trump, ha puesto a las aerolíneas en una posición complicada.
Robert Isom, CEO de American Airlines, comentó que la incertidumbre económica afecta la disposición de los consumidores a gastar en vacaciones. La situación es tal que las aerolíneas se ven forzadas a ajustar sus planes de crecimiento de capacidad, anticipando un verano que, aunque se espera fuerte, no es suficiente para contrarrestar la tendencia a la baja.
Desafíos en el Sector Aéreo
Las aerolíneas Delta, Southwest y United han decidido retirar sus perspectivas financieras para 2025, argumentando que la economía estadounidense es demasiado incierta para realizar proyecciones confiables. Sin embargo, United Airlines ha ofrecido dos escenarios financieros, uno de ellos considerando la posibilidad de una recesión en la que esperan seguir siendo rentables.
Este contexto ha llevado a una caída del 5.3% en los precios de los billetes de avión en marzo en comparación con el año anterior, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. Las tarifas han disminuido también debido a un menor crecimiento en los viajes corporativos, que enfrentan desafíos similares a los que experimentan los hogares estadounidenses. La reducción del gasto gubernamental en viajes, impulsada por los recortes presupuestarios de la administración Trump, ha acentuado aún más esta presión.
Conor Cunningham, analista de transporte en Melius Research, señala que el primer gasto que se recorta en tiempos de incertidumbre es el relacionado con los viajes corporativos. Aunque Delta había reportado un aumento del 10% en los viajes de negocios al inicio de 2025, esa tendencia se ha estancado. Este tipo de clientes son menos sensibles a los precios, lo que los convierte en un pilar importante para las aerolíneas.
La acumulación de asientos vacíos está obligando a las compañías aéreas a bajar precios para llenar sus aviones. Alaska Airlines, por ejemplo, ha admitido que la demanda es más débil de lo esperado, lo que afectará sus ganancias en el segundo trimestre. Su director financiero, Shane Tackett, ha indicado que aunque la demanda sigue siendo alta, no alcanza los niveles previstos tras el año anterior.
A pesar de estos retos, los pasajeros que vuelan en primera clase parecen mantener su demanda, y los viajeros estadounidenses siguen viajando al extranjero en gran número. Sin embargo, las preocupaciones sobre la economía continúan pesando sobre el sector.
Isom concluyó que la certeza es clave para restaurar la economía, una afirmación que resuena en un contexto donde las políticas económicas de los gobiernos pueden influir significativamente en la estabilidad del mercado.