
Los Washington Commanders, un equipo emblemático de la National Football League (NFL), han anunciado su regreso a Washington D.C., donde establecerán un nuevo estadio en el terreno que ocupó el histórico Robert F. Kennedy Memorial Stadium. Esta decisión marca un significativo retorno a las raíces del equipo, que había jugado allí desde 1961 hasta 1996 antes de trasladarse a Landover, Maryland.
Inversión y desarrollo urbano
La franquicia ha acordado invertir 2.700 millones de dólares en la construcción del nuevo estadio, mientras que el gobierno de la ciudad contribuirá con 500 millones de dólares provenientes de su presupuesto destinado a instalaciones deportivas. La apertura del nuevo recinto está programada para 2030 y formará parte de un ambicioso proyecto de renovación urbana que incluirá viviendas, restaurantes, espacios verdes y comercios. Según el comunicado oficial, el total de la inversión en infraestructura, que abarca mejoras en el transporte y los servicios, ascenderá a 3.700 millones de dólares.
Josh Harris, socio gerente de los Commanders, destacó la importancia histórica del RFK Stadium, recordando que fue el escenario de los tres Super Bowls ganados por el equipo y donde se crearon memorias imborrables para sus aficionados. Esta nueva iniciativa representa no solo un regreso físico, sino también un intento de revitalizar el legado del equipo en la ciudad.
El nuevo estadio, que contará con una capacidad aproximada de 65.000 asientos y un diseño moderno, promete generar 2.000 empleos permanentes y se estima que aportará 4.000 millones de dólares en ingresos fiscales y más de 15.600 millones de dólares en gasto directo a lo largo de 30 años. Esta proyección económica es un aliciente tanto para los aficionados como para los responsables de la administración de la ciudad.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, expresó su entusiasmo por el regreso del equipo a la capital, afirmando que este proyecto no solo beneficiará a los Commanders, sino que también contribuirá al desarrollo de espacios recreativos y comerciales, convirtiendo a la ciudad en un verdadero centro deportivo y de entretenimiento.
En un contexto donde la inversión en infraestructuras y el desarrollo urbano son cruciales para el crecimiento económico, el retorno de los Commanders se presenta como un ejemplo de cómo el deporte puede ser un motor de cambio y revitalización en las comunidades urbanas. La valoración actual del equipo, que alcanza los 6.250 millones de dólares, subraya la importancia económica y cultural que tiene dentro del panorama deportivo estadounidense.