
Un sistema de energía para naves espaciales, resultado de la colaboración entre ingenieros y científicos de la Universidad de Leicester y NASA Glenn, ha superado con éxito su primera prueba. Este avance se presenta como un hito significativo en la exploración espacial, prometiendo nuevas posibilidades para futuras misiones más allá de nuestro planeta.
En 2024, la Universidad de Leicester firmó un Acuerdo Internacional de Acto Espacial con la NASA que facilitó el uso conjunto de recursos de diseño e ingeniería en el laboratorio de NASA Glenn. Desde entonces, los equipos han trabajado en una innovadora tecnología que podría transformar la forma en que se alimentan las naves espaciales.
Innovación en energía espacial
El proyecto busca combinar simuladores térmicos eléctricamente calentados de fuentes de americio, desarrollados en la universidad, con tecnologías de convertidores Stirling de NASA Glenn. Esta colaboración se basa en más de una década de trabajo en sistemas de energía de radioisótopos en la universidad.
Las fuentes de calor que se están desarrollando en la Universidad de Leicester utilizan americio-241, un recurso alternativo al plutonio-238, que ha sido el material de referencia para las misiones espaciales anteriores. El éxito de la reciente campaña de pruebas representa una demostración pionera sobre cómo una fuente de calor de americio puede impulsar múltiples motores Stirling para generar electricidad.
El prototipo del generador de banco fue sometido a pruebas prácticas que culminaron en resultados positivos, resaltando la capacidad del equipo de investigación y el potencial de estos sistemas para futuras misiones espaciales. La colaboración internacional entre la universidad y la NASA se consolida como un ejemplo de liderazgo en el desarrollo de tecnologías de energía nuclear espacial.
Estos sistemas podrían desempeñar un papel crucial en las misiones futuras que se aventuren hacia nuevas fronteras, al convertir el calor de las fuentes de americio-241 en electricidad mediante convertidores Stirling. Según la doctora Hannah Sargeant, investigadora en el equipo de energía nuclear espacial de Space Park Leicester, uno de los aspectos más destacados de este diseño es su capacidad para seguir funcionando incluso si un convertidor Stirling falla, garantizando así la continuidad del suministro eléctrico.
La robustez y fiabilidad del Generador de Radioisótopos de Americio se ha demostrado con éxito durante la campaña de pruebas, lo que lo posiciona como una opción viable para misiones espaciales de larga duración que podrían operar durante décadas. Este enfoque innovador y los ciclos de iteración rápida continúan produciendo resultados positivos y emocionantes.