El Departamento de Defensa Nacional de Canadá ha emitido un aviso a su personal en la sede de Carling Avenue en Ottawa, debido a la creciente presencia de gansos canadienses en la zona. Estas aves son conocidas por su comportamiento agresivo, especialmente durante la temporada de anidación, que se encuentra en pleno apogeo en estos momentos.
Según un artículo publicado por el Ottawa Citizen, un correo electrónico enviado por el portavoz del DND, Nick Drescher Brown, aconseja tanto a personal militar como civil que eviten alimentar o tocar a los gansos, ya que esto podría interpretarse como una provocación. El mensaje también instó a los empleados a “mantener la calma y no entrar en pánico” si se encuentran con un ganso que muestre comportamientos agresivos.
Instrucciones ante encuentros con gansos agresivos
Las directrices proporcionadas indican que, en caso de un encuentro con un ganso agresivo, se debe “intentar alejarse lentamente y en silencio sin dar la espalda al ganso. Mantener el contacto visual mientras se retrocede”. Si el ganso carga o silba, se aconseja “elevar los brazos para parecer más grande y retroceder lentamente”.
Brown admitió que el DND no tiene un recuento exacto de cuántos gansos canadienses están ocupando su propiedad, que se sitúa en medio del cinturón verde de Ottawa. En una directiva anterior, se aclaró que los gansos son una especie protegida, lo que significa que no pueden ser reubicados una vez que han anidado.
La situación no es nueva; en abril de 2023, el personal del DND describió la situación en la sede como “volátil”. Según el Centro de Vida Silvestre de Toronto, los gansos canadienses a menudo anidan en áreas urbanas concurridas, lo que los lleva a atacar a cualquier persona que se acerque a su sitio de anidación, que puede estar ubicado de manera discreta en un tejado o en una jardinera, haciendo que su agresión parezca injustificada.
Geese Relief, una empresa estadounidense especializada en la remoción de gansos canadienses mediante perros especialmente entrenados, advierte en su sitio web que, aunque la mayoría de los ataques de gansos resultan en lesiones menores o nulas para los humanos, ha habido casos en los que individuos han sufrido “fracturas, traumatismos craneales y angustia emocional” durante intentos mal dirigidos de “evitar un ganso atacante”, que han terminado en “caídas y tropiezos”.
