
La Inteligencia Artificial Revoluciona la Detección de Ondas Gravitacionales
Científicos han desarrollado un programa de inteligencia artificial que promete revolucionar la forma en que diseñamos detectores de ondas gravitacionales, superando las capacidades de los modelos creados por humanos. Este avance representa una oportunidad sin precedentes para mejorar nuestra habilidad para «escuchar» el universo. Las ondas gravitacionales, que son ondulaciones en la estructura del espacio-tiempo generadas por eventos cataclísmicos como la fusión de agujeros negros, son detectadas mediante instrumentos gigantes en forma de L, conocidos como interferómetros. Estos dispositivos miden cambios minúsculos en el espacio-tiempo a medida que una onda pasa a través de la Tierra.
A pesar de que los detectores actuales, como el Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO) y su socia Virgo, han demostrado ser efectivos, un reciente estudio sugiere que existe un vasto territorio de diseños experimentales aún inexplorados por los investigadores humanos. Este vacío presenta una oportunidad significativa para que la inteligencia artificial descubra rápidamente innovaciones en los diseños de detectores, facilitando así nuevas vías para la exploración del universo. Un algoritmo impulsado por inteligencia artificial, llamado Urania, ha identificado 50 diseños de detectores que superan a los mejores planos experimentales creados por científicos, lo que podría expandir el volumen observable del universo en un factor de 50.
Los detectores propuestos por Urania abarcan un amplio rango de frecuencias, desde 10 hasta 5000 Hz, lo que les permite captar señales de una variedad de eventos cósmicos, incluyendo fusiones de agujeros negros y fenómenos relacionados con las primeras estrellas del universo. Estos avances no solo mejorarían nuestra comprensión de eventos astronómicos fundamentales, sino que también permitirían detectar señales más débiles y distantes. Un detector diseñado por la inteligencia artificial aumenta la sensibilidad a las ondas gravitacionales provenientes de supernovas en un 60% en comparación con las futuras actualizaciones del LIGO. Esto podría resultar en un cuádruple aumento en la cantidad de eventos detectables, abriendo así nuevas oportunidades para la investigación astronómica.