Un estudio a largo plazo realizado en la estación rural de Melpitz, cerca de Leipzig, ha revelado que la contaminación por partículas finas en el aire ha disminuido un 5% de media anual en el área rural de Sajonia, Alemania. Este descenso es aún más pronunciado en las masas de aire provenientes de Europa del Este, donde las concentraciones de partículas menores de 1 micrómetro (PM1) han caído hasta un 28% anual. Estos hallazgos subrayan la importancia de las políticas medioambientales en la mejora de la calidad del aire en Europa, especialmente en regiones que anteriormente experimentaban niveles más altos de contaminación.
El estudio fue llevado a cabo por investigadores del Instituto Leibniz para la Investigación de la Troposfera (TROPOS), la Universidad de Módena y MeteoSwiss, quienes analizaron una serie de datos obtenidos entre 2012 y 2022. Utilizando métodos de medida en línea, el análisis ha permitido una comprensión más detallada de la composición química de las partículas en el aire, lo que es esencial para evaluar la eficacia de las medidas de control de la contaminación del aire. La investigación ha sido publicada en la revista Atmospheric Environment.
Impacto de las Partículas en la Salud y el Clima
Las partículas en suspensión tienen un impacto significativo tanto en la salud pública como en el clima. Según estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), aproximadamente 293,000 personas en Europa fallecieron en 2021 debido a la contaminación del aire. A pesar de los esfuerzos por controlar la calidad del aire, persiste una falta de comprensión sobre cómo cambian las fuentes de partículas a lo largo del tiempo y cómo esto afecta la composición química de las mismas en Europa Central.
Los datos de Melpitz indican que las concentraciones de PM1 promediaron cerca de 10 microgramos por metro cúbico durante el período de estudio, con variaciones estacionales significativas. Los componentes orgánicos representaron casi la mitad de la concentración de partículas, mientras que los nitratos, sulfatos, amonio y carbono negro equivalente (eBC) siguieron en menor proporción. Los descensos en la concentración total de componentes orgánicos se deben en gran medida a la reducción de nitratos y eBC, que disminuyeron aproximadamente un 1% anual cada uno.
El estudio también revela un aumento en el uso de biomasa para calefacción y un ligero incremento en los incendios forestales, lo que podría estar relacionado con el aumento del uso de madera. A pesar de las mejoras en la calidad del aire, la contaminación por partículas orgánicas provenientes de la combustión de biomasa y carbón sigue siendo un desafío. Las fuentes de contaminación se han clasificado en cinco grupos, de los cuales tres están vinculados a actividades antropogénicas, como la combustión de aceite mineral, la quema de biomasa y la combustión de carbón.
El análisis subraya la importancia de las políticas de calidad del aire y su efecto no solo en áreas urbanas, sino también en entornos rurales. La investigación destaca cómo la reducción de emisiones de transporte ha llevado a mejoras significativas en la calidad del aire en Europa del Este, donde las masas de aire de esta región solían presentar niveles más altos de contaminación que las de Europa Occidental.
El uso de espectrómetros de masas de aerosoles, como el Monitor de Especificación Química de Aerosoles (ACSM), ha permitido un análisis más preciso de la composición química de las partículas en el aire. Este enfoque innovador facilita el seguimiento de las tendencias y la identificación de fuentes de contaminación, lo que es vital para la formulación de políticas efectivas en la lucha contra la contaminación del aire.
A medida que la Unión Europea se prepara para reducir los límites de partículas en el aire, el compromiso hacia un aire más limpio parece estar dando frutos. Sin embargo, los estudios continuos y el monitoreo de las fuentes de contaminación seguirán siendo cruciales para asegurar un futuro más saludable y sostenible para las próximas generaciones.
