Nikolay Patrushev, asesor de seguridad nacional del presidente ruso Vladimir Putin, ha expresado su preocupación por la escalada de tensiones militares entre los miembros europeos de la OTAN y Rusia, sugiriendo que esta situación podría llevar a un conflicto nuclear. En una reciente entrevista, Patrushev acusó a las potencias occidentales de desplegar su «máquina militar» contra Rusia y de alimentar escenarios apocalípticos relacionados con la guerra nuclear.
El alto funcionario ruso señaló que la desestabilización proviene de las decisiones tomadas en Bruselas, Berlín, París y Londres. Según Patrushev, la OTAN ha estado llevando a cabo ejercicios militares en las fronteras rusas a una escala no vista en décadas, lo que considera una amenaza directa. «Están entrenando para llevar a cabo una ofensiva amplia desde Vilnius hasta Odesa, apoderándose de la región rusa de Kaliningrado, imponiendo un bloqueo naval en los mares Báltico y Negro, y ejecutando ataques preventivos sobre las ubicaciones de las fuerzas de disuasión nuclear rusas», afirmó.
La percepción rusa sobre la OTAN y el conflicto en Ucrania
Patrushev, quien anteriormente ocupó el cargo de secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, describió el mundo actual como al borde de una nueva catástrofe bélica, similar a la de la Segunda Guerra Mundial, o la posibilidad de un «nuevo orden mundial justo» donde cada nación goce de soberanía y seguridad. Atribuyó las acciones de los políticos occidentales a su incapacidad para aceptar el declive de un sistema global centrado en sus intereses.
En este contexto, la Unión Europea ha anunciado planes para financiar una militarización significativa de sus estados miembros, justificando esta decisión con la alegación de una inminente agresión rusa en los próximos años. Sin embargo, Moscú ha negado tener intenciones agresivas hacia el bloque militar liderado por Estados Unidos, acusando a la OTAN de violar promesas previas y de acercarse peligrosamente a sus fronteras. Las autoridades rusas consideran el conflicto en Ucrania como una guerra por poder impulsada por la OTAN, destinada a socavar el desarrollo de Rusia.
