
En un reciente evento en Louisville, Kentucky, el CEO de Ford Motor, Jim Farley, expresó su apoyo a las nuevas medidas implementadas por el presidente Donald Trump en relación con los aranceles sobre las partes automotrices. Estas acciones incluyen reembolsos para los fabricantes de automóviles estadounidenses y la reducción de la «apilación» de aranceles, lo que podría traer alivio a una industria automotriz que ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años.
Los cambios, firmados por Trump mediante una orden ejecutiva, se producen en respuesta a las solicitudes de la industria automotriz, que ha buscado claridad y apoyo ante la incertidumbre regulatoria provocada por los aranceles del 25% sobre los vehículos importados y la inminente aplicación de un arancel similar sobre las partes automotrices, previsto para el próximo 3 de mayo.
Impacto en la industria automotriz estadounidense
Farley, durante el lanzamiento del Ford Expedition 2025, destacó que estas modificaciones son un paso en la dirección correcta, pero enfatizó la necesidad de continuar colaborando con la administración para desarrollar un conjunto de políticas más completo que favorezca el crecimiento de la industria automotriz. Expresó que es «esencial» que las políticas estadounidenses fomenten las exportaciones y recompensen a empresas como Ford por su producción nacional.
En su intervención, Farley subrayó que muchos de los vehículos fabricados en Estados Unidos son exportados a mercados globales, planteando la cuestión de si se debería reconocer este aporte a la economía nacional. Ford, que se posiciona como el mayor productor de vehículos en EE. UU., se presenta como un exportador neto de piezas y vehículos, lo que resalta su contribución al empleo y la economía estadounidense.
El CEO también planteó varios escenarios hipotéticos sobre cómo la industria automotriz estadounidense podría beneficiarse si los competidores adoptaran un enfoque similar al de Ford en términos de producción. Según sus estimaciones, esto podría llevar a un aumento de cuatro millones de vehículos producidos anualmente, la creación de 15 nuevas plantas de manufactura y más de 500,000 nuevos empleos en el sector.
La administración Trump ha mantenido su postura sobre los aranceles, que seguirán en vigor, pero las nuevas medidas buscan mitigar el impacto de los aranceles sobre las partes automotrices, que se sumarían a los ya impuestos sobre el acero y el aluminio. Las empresas que realicen el ensamblaje final de sus vehículos en EE. UU. podrán beneficiarse de reembolsos parciales durante dos años.
Las declaraciones de Farley resaltan la complejidad de la situación actual y la necesidad de un enfoque estratégico que no solo proteja la industria local, sino que también promueva la competitividad en un mercado global cada vez más interconectado.