
El concepto de karma, entendido como la creencia en una justicia divina que castiga a quienes cometen malas acciones y recompensa a quienes hacen el bien, es un tema de estudio en la psicología contemporánea. Recientemente, un artículo publicado en Psychology of Religion and Spirituality ha arrojado luz sobre cómo esta creencia se manifiesta de manera diferente en función de la perspectiva individual. El estudio titulado «Karma rewards me and punishes you: Self-other divergences in karma beliefs» (Karma me recompensa y te castiga: divergencias en las creencias sobre el karma entre uno mismo y los demás) sugiere que existe una tendencia a ver los eventos karmáticos de forma favorable en relación con la propia vida, mientras que se tiende a percibir el sufrimiento ajeno como consecuencia de un castigo karmático.
Investigadores liderados por la doctora Cindel White, de la Universidad de York, se plantearon cómo las motivaciones psicológicas influyen en las creencias sobre el karma. A través de diversas pruebas en las que participaron más de 2.000 personas, se examinó la forma en que los individuos recuerdan y relatan eventos karmáticos en sus propias vidas y en las de otros. Los resultados revelaron que la mayoría de los participantes se inclinaron a escribir sobre experiencias positivas en su vida, atribuyéndolas a un buen karma, mientras que al reflexionar sobre otros, el 92% de los relatos se centraron en eventos negativos.
El sesgo de positividad personal y su impacto en la percepción del karma
En un primer estudio, 478 participantes estadounidenses que creían en el karma fueron invitados a narrar eventos karmáticos. La mayoría de ellos (86%) eligió compartir experiencias personales, y de este grupo, un 59% se refirió a eventos positivos. Por el contrario, de aquellos que describieron eventos en la vida de otros, el 92% lo hizo en un contexto negativo. Este patrón se mantuvo en un segundo experimento que involucró a más de 1.200 participantes, incluyendo a individuos de diversas tradiciones religiosas en Estados Unidos, Singapur e India. Aquí, el 69% de quienes escribieron sobre sí mismos reportaron experiencias positivas, mientras que solo el 18% de quienes lo hicieron sobre otros mencionaron eventos favorables.
El análisis computacional de los relatos mostró que las narrativas sobre experiencias propias tendían a tener un tono más positivo. Sin embargo, la diferencia fue menos pronunciada entre los participantes de India y Singapur, lo que sugiere que el sesgo de positividad personal es menos prevalente en estas culturas en comparación con la estadounidense. White destaca que este fenómeno se observa en contextos culturales variados, donde la tendencia a pensar de manera exageradamente positiva sobre uno mismo se manifiesta de forma distinta.
La investigación pone de manifiesto cómo las creencias sobrenaturales, como el karma, pueden ser utilizadas estratégicamente para dar sentido a las experiencias cotidianas y proporcionar una sensación de satisfacción personal. Al atribuir los éxitos personales a un karma positivo, las personas pueden sentirse orgullosas, incluso en situaciones donde no está claro qué acciones llevaron a esos resultados. Al mismo tiempo, observar el sufrimiento de los demás como un castigo puede satisfacer la necesidad de justicia en la percepción de las adversidades ajenas. De esta manera, las creencias en el karma cumplen funciones psicológicas importantes al ofrecer explicaciones que a menudo son más satisfactorias que las respuestas seculares.