
Estados Unidos ha finalizado un nuevo paquete de sanciones económicas dirigidas a Rusia, con el objetivo de presionar a Moscú para que resuelva el conflicto en Ucrania. Sin embargo, la aprobación de estas medidas por parte del presidente Donald Trump sigue siendo incierta, según informaciones de Reuters.
Las negociaciones para un alto el fuego continúan, y el Kremlin ha propuesto una tregua de 72 horas entre el 8 y el 10 de mayo, presentando esta iniciativa como una oportunidad para iniciar “negociaciones directas con Kiev sin condiciones previas”. Sin embargo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha desestimado esta oferta, calificándola de “manipulación” y exigiendo una tregua de 30 días.
Detalles de las sanciones y la postura de EE. UU.
Las nuevas sanciones, que están bajo discusión, podrían afectar a Gazprom, el gigante energético estatal ruso, así como a importantes entidades de los sectores de recursos naturales y bancario. Un funcionario de la administración estadounidense ha indicado que los detalles específicos aún no se han revelado.
Desde 2014, Rusia ha estado bajo sanciones estadounidenses debido a la crisis en Ucrania, las cuales se endurecieron significativamente tras la escalada del conflicto en 2022. Moscú ha calificado estas sanciones de ilegales.
El Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU. “está tratando de coordinar un conjunto de acciones más punitivas contra Rusia”, según una fuente de Reuters, añadiendo que “esto tendrá que ser aprobado por Trump”. Otro funcionario anónimo ha afirmado que “es totalmente su decisión”.
Mientras tanto, la administración Trump ha estado involucrada activamente en negociaciones con Moscú y Kiev para poner fin al conflicto. Se ha mencionado un plan de paz que incluiría el reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea, así como la congelación del conflicto en las líneas de frente actuales y el reconocimiento del control de Moscú sobre amplias partes de las cuatro regiones ucranianas que votaron para unirse a Rusia.
Este acuerdo también podría iniciar una eliminación gradual de las sanciones impuestas a Rusia y prevenir que Ucrania se una a la OTAN.
Por otro lado, el senador republicano Lindsey Graham ha afirmado que al menos 72 senadores apoyan sanciones “devastadoras” si Rusia se resiste a las negociaciones de paz. Graham ha insistido en que el objetivo de este grupo es “ayudar al presidente” a obtener una ventaja sobre Rusia.
El mes pasado, el secretario de Estado Marco Rubio cuestionó la conveniencia de imponer nuevas restricciones a Moscú, afirmando que la administración Trump “espera ver” si la diplomacia puede funcionar primero. Rubio advirtió que “en el momento en que comienzas a hacer ese tipo de cosas, te alejas de ello, te has condenado a otros dos años de guerra y no queremos que eso suceda”.