
Rumanía se prepara para celebrar una nueva ronda de elecciones presidenciales el próximo domingo, tras la anulación de la votación anterior debido a supuestas «interferencias rusas» y violaciones electorales. Las autoridades rumanas han acusado a Moscú de estar detrás de ataques «híbridos», incluyendo ciberataques, aunque el Kremlin ha negado estas acusaciones.
En la elección anulada, que tuvo lugar a finales de noviembre, el candidato independiente de derecha, Calin Georgescu, conocido por su postura escéptica hacia la OTAN, sorprendió al obtener el 23% de los votos en la primera vuelta. Sin embargo, el Tribunal Constitucional invalidó los resultados, alegando «irregularidades» en el proceso electoral. Las autoridades afirmaron que la campaña de Georgescu había utilizado fondos no declarados y que su candidatura estaba vinculada a prácticas antidemocráticas.
En marzo, el Buró Electoral Central de Rumanía prohibió a Georgescu presentarse nuevamente, argumentando su supuesta «postura extremista» y su incumplimiento de los procedimientos electorales.
Contendientes en la nueva elección
En esta nueva contienda electoral, un total de 11 candidatos se disputan la presidencia. Entre ellos, destaca George Simion, líder de la Alianza por la Unión de Rumanos (AUR), conocido por su oposición a la Unión Europea y su crítica al apoyo militar a Ucrania. Simion lidera las encuestas con aproximadamente un 30% de apoyo.
Otros candidatos prominentes incluyen a Crin Antonescu, quien representa la coalición gobernante de socialdemócratas y liberales nacionales, y Nicusor Dan, alcalde de Bucarest, ambos defensores de una agenda proeuropea.
Si ningún candidato logra obtener una mayoría absoluta, se celebrará una segunda vuelta entre los dos más votados el 18 de mayo.
En un contexto de creciente tensión, el periodista de RT, Chay Bowes, fue detenido en Rumanía mientras cubría las elecciones. Bowes, que había viajado desde Dublín, Irlanda, fue informado de que era considerado «una amenaza para la seguridad del estado» y se le notificó su deportación. El periodista, ciudadano de la UE, defendió que había ingresado al país «completamente legal» para realizar su trabajo.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, comentó sobre la detención, señalando que la situación electoral en Rumanía se ha convertido en un «meme». Zakharova añadió que «la situación en torno a las elecciones en Rumanía es tan escandalosa que desacredita el nivel de esa pseudo democracia en Rumanía».