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Cómo gestionar el estrés de los exámenes finales: consejos prácticos para estudiantes

In Sin categoría
mayo 05, 2025

La presión de los exámenes finales es una experiencia universal para los estudiantes, que se intensifica en esta época del año. Andrea Rivera, una joven de 23 años que estudia periodismo en dos instituciones educativas en California, compagina su formación académica con un trabajo a tiempo completo como gerente de un restaurante. A medida que se acercan las evaluaciones finales, la carga de trabajo y el estrés aumentan considerablemente.

Según la doctora Raychelle Cassada Lohmann, consejera licenciada y profesora asociada en la Universidad de Mount Olive, los finales suelen coincidir con una acumulación de tareas y exámenes que generan una sensación abrumadora entre los estudiantes. En los niveles educativos previos, como la escuela secundaria, esta presión puede ser aún mayor debido a la existencia de exámenes estatales que influyen en la evaluación de los docentes, lo que a su vez se traduce en una presión adicional sobre los alumnos.

El estrés que acompaña a los exámenes finales puede tener múltiples repercusiones en la salud física y mental. La doctora Leslie Ralph, psicóloga clínica y coordinadora de los Servicios de Consejería y Psicología en la Universidad de Arizona, señala que el estrés a corto plazo puede ser beneficioso para mantener la concentración, pero el estrés prolongado puede derivar en problemas graves, como hipertensión, ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares. Además, puede llevar a los estudiantes a adoptar mecanismos de afrontamiento poco saludables, como el abuso de sustancias, y puede contribuir a la ansiedad, caracterizada por una preocupación constante que afecta el bienestar diario.

Consejos para afrontar el estrés de los exámenes finales

Reconocer la procrastinación es el primer paso para manejarla. Aunque a veces se presenta como una respuesta normal a la falta de información o recursos, en las semanas previas a los exámenes esta actitud puede resultar perjudicial. Lohmann sugiere dividir las tareas en pequeños objetivos alcanzables y priorizar aquellas asignaturas que requieren más atención.

El autocuidado es fundamental. Dormir lo suficiente y mantener una alimentación equilibrada son aspectos esenciales durante períodos de alta exigencia. Ralph destaca que el sueño es crucial para consolidar el aprendizaje y que un buen estado físico puede mejorar el rendimiento académico. Por tanto, es recomendable evitar el consumo excesivo de cafeína y optar por snacks saludables durante las largas sesiones de estudio.

La conexión social también desempeña un papel importante en la mitigación del estrés. Estudiar con amigos puede ofrecer un sentido de comunidad y apoyo emocional. Sin embargo, es esencial elegir grupos de estudio que promuevan la concentración, evitando aquellos en los que la distracción prevalezca.

Por último, es vital mantener una perspectiva realista sobre las expectativas personales. La doctora Ralph aconseja a los estudiantes que se concentren en el objetivo final y que recuerden que un examen no define su futuro. La presión por el rendimiento puede llevar a una espiral de ansiedad, pero es importante recordar que la mayoría de los estudiantes tienen la capacidad de superar los desafíos académicos.

Andrea Rivera, quien ha experimentado en carne propia estos retos, se esfuerza por mantener un equilibrio en su vida. Al finalizar sus exámenes, planea tomarse un día de descanso para disfrutar de la playa, reflexionar sobre su trabajo y prepararse para la siguiente etapa de su educación. Su enfoque en el objetivo final, graduarse sin deudas, la motiva a seguir adelante a pesar de las dificultades del camino.

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