
El ancestro directo del Tyrannosaurus rex habría llegado a América del Norte tras cruzar un puente terrestre desde Asia, según un nuevo estudio que se suma al debate sobre los orígenes de este emblemático dinosaurio. La investigación, liderada por Cassius Morrison, estudiante de doctorado en paleontología en University College London, utiliza modelos matemáticos para sugerir que los precursores de T. rex llegaron a América del Norte tras atravesar el Estrecho de Bering, que conecta la actual Siberia con Alaska, hace aproximadamente 70 millones de años.
Este hallazgo está en consonancia con investigaciones anteriores que indican que T. rex estaría más estrechamente relacionado con el gran carnívoro Tarbosaurus en Asia que con otros depredadores de América del Norte, como el Daspletosaurus. En ese periodo, la región habría estado habitada por bosques lluviosos templados, con un clima similar al de la actual Columbia Británica, lo que habría proporcionado un entorno propicio para la vida de estos gigantes prehistóricos.
Evolución hacia el gigantismo
Los ancestros de T. rex, conocidos como tiranosauridos, eran menos numerosos en su entorno en comparación con los dinosaurios herbívoros que cazaban, lo que se asemeja a la situación de los depredadores ápices actuales, como los leones. Este hecho dificulta su preservación en el registro fósil. Ante la escasez de evidencia, el equipo de Morrison utilizó modelos matemáticos que integran datos del registro fósil existente y el árbol genealógico de T. rex, así como condiciones climáticas y ambientales. Estos modelos también tienen en cuenta las lagunas en el registro fósil, permitiendo actualizaciones a medida que se realicen nuevos descubrimientos.
La investigación revela que los tiranosauridos, como el T. rex, experimentaron un rápido aumento de tamaño durante un periodo de enfriamiento global, sugiriendo que estos dinosaurios se adaptaron mejor a climas más fríos, posiblemente debido a sus plumas o a su metabolismo más activo. Este crecimiento se produjo tras la extinción de otro grupo de grandes dinosaurios carnívoros, los carcharodontosauridos, lo que dejó un vacío en la parte superior de la cadena alimentaria. Al final de la era de los dinosaurios, se estima que T. rex podía pesar hasta 9 toneladas métricas, equivalente al peso de un gran elefante africano o de un tanque ligero, lo que resalta su posición como uno de los depredadores más poderosos de su tiempo.