
La empatía, entendida como la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, es un aspecto fundamental de la interacción humana. Sin embargo, un reciente estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Linköping en Suecia ha revelado que los individuos son más propensos a mostrar empatía hacia grupos de personas que hacia individuos aislados, a pesar de que el esfuerzo y la incomodidad que implica esta acción son similares en ambos casos.
El estudio sobre la empatía
La investigación, publicada en la revista Frontiers in Psychology, se centró en la manera en que los individuos eligen empatizar y los factores que influyen en esta decisión. Dr. Hajdi Moche, autor principal del estudio, destaca que «la disposición de las personas para empatizar varía dependiendo de si el objetivo es una persona individual o un grupo». A través de un experimento denominado ‘Empathy Selection Task’, se reclutó a 296 participantes para que elijan entre dos mazos de cartas: uno que les invitaba a empatizar y otro que les permitía mantener una postura objetiva.
Los resultados mostraron que los participantes elegían empatizar en un 34% de las ocasiones cuando se les presentaban imágenes de individuos, mientras que esta cifra aumentaba al 53% en el caso de las imágenes de grupos. A pesar de que la empatía fue calificada como una tarea más agotadora y angustiante que permanecer objetivo, los participantes optaron por empatizar con mayor frecuencia al ver imágenes de grupos.
Entre las razones que podrían explicar este fenómeno, los investigadores sugieren que las imágenes grupales proporcionan un contexto adicional que facilita la empatía. Moche comenta que «describir las experiencias internas de otros requiere más esfuerzo e imaginación en comparación con describir características externas como el color del cabello». Esta dificultad podría ser más pronunciada en el caso de las imágenes individuales, que a menudo presentan expresiones neutras y carecen de lenguaje corporal que ayude a interpretar las emociones.
Además, los participantes también evaluaron su propia eficacia en la empatía con grupos como superior, lo que podría haber incrementado su confianza y motivación para empatizar. La falta de información contextual en las imágenes individuales podría haber desincentivado a los participantes a intentar comprender los sentimientos de las personas representadas.
Este estudio no solo aporta una visión sobre la dinámica de la empatía en situaciones sociales, sino que también plantea cuestiones relevantes sobre cómo se manifiesta esta capacidad en contextos de crisis, como desastres naturales o conflictos bélicos. La disposición a empatizar con grupos podría tener implicaciones significativas en cómo las sociedades responden a situaciones de emergencia, promoviendo una mayor solidaridad y comprensión colectiva.
En conclusión, la investigación abre la puerta a futuras exploraciones que podrían profundizar en los mecanismos detrás de la empatía y cómo varía en función del contexto social. Tal como sugiere Moche, sería interesante realizar experimentos que permitan una comparación directa entre la empatía hacia individuos y grupos, proporcionando así un entendimiento más amplio de este fenómeno humano esencial.