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La alarmante disminución de insectos: un problema global que afecta a nuestro ecosistema

In Sin categoría
mayo 08, 2025

Los insectos son una parte fundamental de nuestro ecosistema, desempeñando roles cruciales en la polinización, la descomposición de residuos y el control de plagas. Sin embargo, a pesar de su importancia, las acciones humanas están llevando a una drástica disminución de sus poblaciones en muchas partes del mundo. Un estudio reciente ha revelado que Estados Unidos ha perdido más del 20% de sus mariposas en las últimas dos décadas, un fenómeno que se repite en diversas regiones del planeta, donde se estima que las poblaciones de insectos están disminuyendo entre un 1% y un 2% anualmente.

Un grupo internacional de investigación, conocido como Status of Insects, ha llevado a cabo una revisión exhaustiva de 175 estudios recientes para identificar las causas de este declive. Los resultados muestran que existen cientos de factores interrelacionados, casi todos ellos derivados directa o indirectamente de actividades humanas.

Factores interconectados en la disminución de insectos

Entre los principales impulsores de la disminución de insectos se encuentran la agricultura intensiva, el cambio climático, la contaminación, las especies invasoras y la pérdida de hábitat. Si bien algunos de estos factores representan amenazas más graves que otros, todos contribuyen al declive de las poblaciones de insectos. Es importante destacar que muchos insectos se ven afectados por más de un factor a la vez.

En entornos urbanos, por ejemplo, una polilla en un parque puede estar amenazada por la pérdida de hábitat debido al crecimiento de la ciudad, así como por la competencia con plantas invasoras que escapan de los jardines. Al mismo tiempo, sufre los efectos de la contaminación, que incluye la contaminación lumínica, del aire y del ruido, comunes en las áreas urbanas.

La contaminación lumínica es especialmente perjudicial para las polillas, ya que son atraídas por las luces artificiales durante la noche, lo que también atrae a sus depredadores. Cuando estas especies pasan mucho tiempo alrededor de las luces, consumen energía que podría destinarse a otras actividades vitales, como la polinización.

Además de su papel como polinizadoras, las polillas controlan el crecimiento de las plantas al alimentarse de hojas durante su etapa de oruga, y sirven de alimento para muchas especies de aves y murciélagos, que también desempeñan roles importantes en los ecosistemas.

La agricultura intensiva, otro de los factores más discutidos, está estrechamente relacionada con otros problemas. A medida que la agricultura se expande, se reduce el hábitat nativo de las abejas. Los paisajes agrícolas también suelen presentar altos niveles de contaminación química, especialmente insecticidas, fungicidas, herbicidas y fertilizantes. Los insecticidas, diseñados para alterar la fisiología de los insectos, pueden perjudicar directamente a las abejas, mientras que los herbicidas afectan indirectamente al eliminar las plantas que les proporcionan alimento.

En muchas granjas de Estados Unidos, se utilizan abejas melíferas, originarias de Europa, para la polinización. Aunque estas abejas son más fáciles de manejar, pueden introducir enfermedades y parásitos en las poblaciones de abeja nativa. Las abejas nativas pueden resistir una de estas amenazas, pero enfrentarse a las tres simultáneamente representa un desafío mucho mayor.

Además, muchos insectos pasan gran parte de su vida en el agua, donde enfrentan otro conjunto de amenazas. Por ejemplo, las libélulas son acuáticas en su etapa juvenil y su hábitat se ve amenazado por la disminución del nivel de agua en ríos o estanques, así como por la contaminación del agua y el aumento de la temperatura debido al cambio climático.

Para abordar estas problemáticas, debemos ser cuidadosos en nuestras acciones de conservación. Acciones bien intencionadas, como la reducción de la contaminación o el control de especies invasoras, pueden ayudar, pero serán ineficaces si no existe hábitat adecuado al que los insectos puedan regresar. Restaurar hábitats puede tener beneficios generalizados y ayudar a los insectos a enfrentarse a otras amenazas.

A pesar de que hay más especies de insectos en la Tierra que de cualquier otro grupo de plantas o animales, la atención pública suele concentrarse en los polinizadores, dejando a otros insectos expuestos a amenazas humanas que no reciben atención. Preservar y restaurar recursos hídricos, como humedales, lagos y ríos, es vital para los insectos acuáticos como las libélulas, mientras que muchos otros insectos pasan gran parte de su vida bajo tierra. Los insectos del suelo, como algunos escarabajos y moscas, cumplen funciones importantes, como la descomposición de material vegetal muerto.

Una de las formas más sencillas de ayudar a los insectos es proporcionando hábitats de alta calidad, lo que incluye apoyar una variedad de plantas nativas que ofrezcan néctar y hojas, alimento para muchos insectos herbívoros a lo largo de sus vidas. Un buen hábitat también ofrece lugares para que los insectos aniden, como suelo desnudo o hojarasca. Aunque los parches más grandes son preferibles, incluso los pequeños jardines pueden ser de gran ayuda.

Al mismo tiempo, es crucial limitar la exposición a otras amenazas. Acciones como atenuar las luces artificiales por la noche y reducir el uso de pesticidas pueden contribuir a mitigar el problema. La recuperación de las poblaciones de insectos es un desafío considerable, pero existen numerosas formas, grandes y pequeñas, en las que las personas, las ciudades y las empresas pueden reducir el daño y ayudar a estos valiosos seres a prosperar.

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Diario obrero y republicano fundado el 14 de Abril de 2006.