
Un estudio reciente publicado en Social Psychological and Personality Science ha arrojado luz sobre la relación entre la indignación moral expresada en redes sociales y la activación de acciones colectivas, como la firma de peticiones en línea. Este análisis, liderado por el Dr. Stefan Leach de la Universidad de Lancaster, ha examinado más de 1.2 millones de publicaciones en X (anteriormente Twitter) que contenían enlaces a cerca de 25,000 peticiones en Change.org.
Los hallazgos revelan una desconexión sorprendente: aunque las expresiones de indignación moral incrementan significativamente la viralidad de un post (en términos de «me gusta» y reenvíos), no se traducen necesariamente en acciones concretas como la firma de dichas peticiones. El Dr. Leach explica que «las plataformas están calibradas para captar la atención amplificando contenido moralizado y emocional. Esto puede tener beneficios, como generar conciencia sobre injusticias, pero al mismo tiempo sugiere que la indignación moral en línea a veces no se traduce en respuestas colectivas efectivas».
Indignación Moral vs. Acción Colectiva
Los resultados del estudio indican que las expresiones centradas en la agencia, la identidad grupal y la prosocialidad son más propensas a generar firmas en peticiones, aunque estos posts recibieron menos atención viral en comparación con aquellos que contenían indignación moral. «El resultado más significativo es una doble disociación», afirma el Dr. Leach. «Encontramos que las expresiones de indignación moral están directamente vinculadas a la viralidad de las peticiones en línea, pero no al número de firmas que reciben. Por otro lado, expresiones relacionadas con ayudar a los demás, aunque no tienen relación con la viralidad, sí predicen un mayor número de firmas».
Este estudio se enmarca en un contexto de creciente preocupación sobre el papel que desempeñan las redes sociales en el activismo y la participación política. El Dr. Leach señala que «hay una creciente inquietud sobre los impactos de las redes sociales en el compromiso político, la salud mental, los resultados educativos e incluso nuestra capacidad básica de concentración». A medida que continúan los debates sobre este fenómeno, es evidente que se requiere una comprensión empírica de cómo estas plataformas están moldeando la sociedad.
El equipo de investigación planea explorar las razones detrás de la desconexión entre las expresiones de indignación moral en línea y la falta de acción colectiva en el mundo real. «El siguiente paso es comprender por qué las expresiones de indignación moral en línea a menudo no se relacionan con otras formas de acción colectiva», añade el Dr. Leach. «Las redes sociales facilitan la expresión de la indignación, amplifican esas expresiones y pueden recompensarlas con atención y compromiso, lo que podría desviar prioridades y promover ciertos tipos de respuestas sobre otras».
El Dr. Leach concluye con una invitación a mantener un «escepticismo saludable sobre el papel de las redes sociales en el activismo y la acción colectiva», subrayando que, aunque estas plataformas pueden ayudar a generar conciencia sobre injusticias, los elementos verdaderamente cruciales para la acción colectiva —como identificarse con una causa y sentir que se puede hacer una diferencia— pueden estar en desventaja en los espacios en línea.