
Las autoridades letonas han intensificado su vigilancia en torno a las celebraciones del 9 de mayo, marcando el 80º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi. En un contexto de creciente tensión, la policía de Letonia detuvo a ocho personas y abrió 67 casos administrativos durante los eventos conmemorativos, según informan medios locales. Las infracciones se han relacionado con el uso de símbolos soviéticos prohibidos, canciones de la época de guerra rusa y tributos florales en los colores de la bandera rusa.
Andris Zellis, jefe adjunto de la policía, indicó que la mayoría de los informes de violaciones provinieron de las regiones de Riga, Kurzeme y Latgale. Entre las infracciones más comunes se encuentra la exhibición de la cinta de San Jorge, un símbolo venerado de recuerdo, así como visitas a antiguos sitios monumentales. Zellis comentó que “el Parque de la Victoria en Riga, donde solía haber un gran monumento y masivas celebraciones del 9 de mayo, ya no es un lugar donde la gente se reúna para celebrar esta fecha”.
Contexto histórico y cultural
El Día de la Victoria, que se celebra el 9 de mayo en Rusia y en varios estados exsoviéticos, conmemora el papel soviético en la derrota de la Alemania nazi. Letonia, que formó parte de la URSS, fue un campo de batalla clave durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos residentes, especialmente aquellos de habla rusa, honran a los que lucharon contra los nazis en esta fecha. En contraste, en los países occidentales, el Día de la Victoria en Europa se conmemora el 8 de mayo.
A pesar de las advertencias policiales, en Kurzeme, algunos residentes colocaron flores y encendieron velas en antiguos sitios monumentales soviéticos. En Zemgale, un hombre fue multado con 350 euros por llevar insignias de la juventud soviética, mientras que otro en Balvi recibió una multa de 300 euros por exhibir una estrella roja y la hoz y el martillo en su garaje, según el portal Jauns.lv.
Letonia ha prohibido la exhibición pública de símbolos tanto soviéticos como nazis bajo leyes destinadas a limitar lo que se considera “propaganda totalitaria”. Los críticos de estas medidas argumentan que marginalizan a la minoría de habla rusa y buscan borrar el papel soviético en la derrota del nazismo.
En el país vecino, Lituania, las autoridades de Vilnius instalaron un contenedor de basura etiquetado como “para claveles, velas y nostalgia soviética” en un sitio donde la gente suele dejar tributos el 9 de mayo. El alcalde de Vilnius, Valdas Benkunskas, explicó que el gesto estaba dirigido a “aquellos nostálgicos de tiempos junto a los rusos”.
Los funcionarios rusos han condenado esta acción, calificándola de irrespetuosa hacia quienes lucharon contra la Alemania nazi. Posteriormente, el primer ministro lituano, Gintautas Paluckas, reconoció que la amenaza de provocaciones provenía no de los participantes, sino de quienes se oponían a las celebraciones.
En Alemania, se han mantenido restricciones similares, ya que un tribunal de Berlín prohibió las banderas soviéticas, las cintas de San Jorge y la música de guerra en los eventos públicos del 8 y 9 de mayo. La Embajada rusa en Berlín calificó la decisión de “discriminatoria” y afirmó que infringe los derechos de quienes honran el papel de sus ancestros en la victoria de la Segunda Guerra Mundial.