
Un estudio reciente realizado por un grupo de científicos de la Universidad Radboud en los Países Bajos ha revelado que el universo se está descomponiendo mucho más rápido de lo que se pensaba previamente. A través de cálculos sobre la denominada radiación de Hawking, los investigadores han determinado que los últimos remanentes estelares tardarán aproximadamente 1078 años en desaparecer, una cifra considerablemente menor que la estimación anterior de 101100 años.
Los autores del estudio, Heino Falcke, experto en agujeros negros, el físico cuántico Michael Wondrak y el matemático Walter van Suijlekom, han publicado sus hallazgos en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics. Este trabajo es una continuación de una investigación anterior del mismo trío, en la que se discutió que no solo los agujeros negros, sino también otros objetos como las estrellas de neutrones, pueden «evaporarse» mediante un proceso similar a la radiación de Hawking.
El fin último del universo
Los resultados del nuevo estudio sugieren que, si se considera únicamente la radiación de Hawking, el final del universo podría estar mucho más cerca de lo que se había anticipado. Se estima que las estrellas enanas blancas, que son los cuerpos celestes más duraderos, se descompondrán en un plazo de 1078 años. Falcke señala que, aunque este final llega mucho antes de lo esperado, aún queda un tiempo considerable antes de que ocurra.
Este enfoque se basa en una reinterpretación de la radiación de Hawking, postulada por el físico Stephen Hawking en 1975. Según esta teoría, se puede escapar de un agujero negro partículas y radiación, contradiciendo así aspectos de la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Los agujeros negros, al absorber parte de su propia radiación, exhiben un proceso de descomposición más lento de lo que se esperaba inicialmente.

En su análisis, los científicos también descubrieron que las estrellas de neutrones y los agujeros negros tienen tiempos de evaporación similares, estimados en 1067 años, lo que contradice la suposición de que los agujeros negros, debido a su fuerte campo gravitacional, deberían descomponerse más rápidamente.
Además, los investigadores calcularon que tanto la Luna como el cuerpo humano se descompondrían en aproximadamente 1090 años a través de la radiación de Hawking. Sin embargo, se enfatiza que existen otros procesos que podrían acelerar la desaparición de estos cuerpos.
El profesor Walter van Suijlekom destaca que este trabajo interdisciplinario entre astrofísica, física cuántica y matemáticas está ampliando nuestra comprensión sobre estos fenómenos y la radiación de Hawking. Los investigadores buscan responder preguntas complejas que podrían conducir a un entendimiento más profundo de las leyes del universo.