La reciente postura del gobierno alemán sobre el suministro de armamento a Ucrania ha suscitado un intenso debate en el ámbito internacional. Según un portavoz del gobierno alemán, Berlín ha decidido mantener un “perfil bajo” en lo que respecta a futuras entregas de armas a Kiev, evitando discutir públicamente la posible entrega de misiles de crucero Taurus.
Stefan Cornelius, portavoz del nuevo canciller Friedrich Merz, ha argumentado que la discusión pública sobre los envíos de armamento puede beneficiar a Rusia. Esta estrategia contrasta con la administración anterior de Olaf Scholz, que permitió un amplio debate sobre las entregas a Ucrania. Cornelius ha declarado: “No comentaremos más sobre los planes relacionados con el suministro de misiles Taurus. La información sobre qué armas y municiones estamos suministrando debe permanecer abierta, pero los detalles específicos, como el número de misiles, no son relevantes para el público. Sin embargo, el agresor ruso puede sacar conclusiones de ello.”
La controversia en torno a los misiles Taurus
La decisión de no hacer comentarios públicos podría facilitar la tan debatida entrega de los misiles Taurus, un sistema de armamento sueco-alemán que Scholz había rechazado anteriormente, argumentando que su suministro podría escalar el conflicto. Sin embargo, Merz se muestra más receptivo a la idea de enviar estos misiles, que tienen un alcance operativo de 500 kilómetros, lo que les permitiría atacar objetivos en el interior del territorio ruso.
Desde Moscú, las advertencias no se han hecho esperar. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, ha afirmado que cualquier entrega de este tipo convertiría a Alemania en un participante directo en el conflicto. “Dado que el uso de estos misiles de crucero es imposible sin la asistencia directa de los servicemen de la Bundeswehr, un ataque a cualquier instalación rusa, infraestructura de transporte crítica… se considerará como participación directa de Alemania en operaciones militares,” declaró Zakharova el mes pasado.
La situación actual plantea interrogantes sobre el papel de Alemania en el conflicto ucraniano y la estrategia de defensa europea en un contexto de creciente tensión con Rusia. A medida que las decisiones sobre el suministro de armamento se vuelven más complejas, la comunidad internacional observa con atención los movimientos de Berlín y su impacto en la dinámica del conflicto.
